Como el tigre al probar, al conocer por primera vez, la sangre, así los españoles alucinan al haber conocido las verdaderas causas y los rostros de su ruina y probado sus espantosas consecuencias, pero, a diferencia del tigre, parecen resueltos a no probarlas más, o a intentarlo firmemente siquiera.
Comentarios
A ver si es verdad.
No sea que el tigre se amodorre con el resolillo...