La elección directa de alcaldes pretende imponerse ahora sin consensos y frente a todos a fin de evitar pactos y coaliciones que pudieran poner en peligro las cuotas de poder que el PP tiene ya bien amarradas en el ámbito local. Supongo que es el horror a los acuerdos postelectorales el mismo que alimenta el intento de reforma en solitario de la ley electoral, a sabiendas de que esto supone cambiar las reglas del juego de manera acelerada e improvisada, y de que, por lógica, sólo desde una visión torticera de la democracia...
Comentarios
¿Esta modificación de la ley para legalizar el pucherazo no se debe considerar un golpe de estado en toda regla?
El mayor atentado a nuestra democracia moderna
Esto es un golpe de estado matemático
40>60
Los hijos de la buena estirpe