Hace dos años, Carla Díaz Magnien, una adolescente desesperada, acosada de manera infame por dos compañeras de clase, se suicidó tirándose por un acantilado en Gijón. Y hace ahora unas semanas, un juez condenó a las dos acosadoras a la estúpida pena de cuatro meses de trabajos socioeducativos. Detrás, una chica muerta, una familia destrozada, una madre enloquecida por el dolor y la injusticia, y unos vecinos, colegio y sociedad que, como de costumbre,tras las condolencias de oficio, dejan atrás el asunto y siguen tranquilos su vida.
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Esas jóvenes hijas de puta
Esas jóvenes hijas de puta
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