Carlo M. Capilla: Quinta Ley Fundamental de la Estupidez Humana: " La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado"
Uno de los párrafos deja especialmente claro por qué deberían ser castigados socialmente con una reducción de apoyo popular: porque aparte de lo necio de los argumentos y la inexistencia del programa (que a fin de cuentas se puede achacar en ocasiones a según qué acciones políticas), está el hecho de que han creado crispación social, se han intentado apoyar en ella para triunfar, y si asumimos que la estulticia no fuese un atenuante, han dañado a su región y al resto del país; quizá a conciencia.
Esta crispación e incertidumbre van de la mano de consecuencias económicas que también dejaron en vilo la situación inmediata de parte de la economía local y su reputación. Y no necesariamente de forma única en Cataluña, sino en el resto del estado, aunque fuese a menor escala.
Comentarios
#4 #5 Yo sí, ¿Pero quién soy yo para corregir al pato autocorrector?
#2 Y es mucho más imprevisible.
Había un dicho judío al respecto:
No te acerques a una cabra por adelante, a un caballo por detrás y a un tonto por ningún lado.
Carlo M. Capilla: Quinta Ley Fundamental de la Estupidez Humana: " La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado"
#1 Cierto, porque el estúpido no se cansa nunca.
#1 Quizás quisiste decir: Carlo M. Cipolla.
#1 Cipolla
Uno de los párrafos deja especialmente claro por qué deberían ser castigados socialmente con una reducción de apoyo popular: porque aparte de lo necio de los argumentos y la inexistencia del programa (que a fin de cuentas se puede achacar en ocasiones a según qué acciones políticas), está el hecho de que han creado crispación social, se han intentado apoyar en ella para triunfar, y si asumimos que la estulticia no fuese un atenuante, han dañado a su región y al resto del país; quizá a conciencia.
Esta crispación e incertidumbre van de la mano de consecuencias económicas que también dejaron en vilo la situación inmediata de parte de la economía local y su reputación. Y no necesariamente de forma única en Cataluña, sino en el resto del estado, aunque fuese a menor escala.