Hace 2 días | Por Malinowski a jacobinlat.com
Publicado hace 2 días por Malinowski a jacobinlat.com

Durante su largo desarrollo, el capitalismo recurrió a muchos tipos de relaciones laborales, algunas basadas en la coacción económica y otras en factores no económicos. Si el argumento es correcto, debemos conceptualizar a la clase obrera asalariada como un tipo —importante, sin duda— de fuerza de trabajo mercantilizada entre otras.

Comentarios

B

Autocitándome, cualquier persona que, teniendo un mínimo de c.i, ingrese en una Facultad de Economía, una de las grandes lecciones que aprende al final de la carrera es la siguiente: no importa cómo se distribuyan la riqueza y los esfuerzos para producirla, ni cómo de bien o de mal se correspondan ambos repartos entre sí; lo importante es cómo de feliz se sienta la gente.

La expresión "esclavitud libre" no es un oxímoron. El régimen de esclavitud libre tiene un nombre muy concreto y específico: capitalismo.

Los antiguos amos explotadores de esclavos un día razonaron de la siguiente manera: "¿para qué voy a andar yo siempre dando esta mala imagen de mí, de estar dando latigazos a los esclavos, de estar obligándoles a trabajar contra su voluntad, de estar manteniéndoles en condiciones más miserables que a los animales, de estar quedándome con la casi totalidad de lo que producen... si simplemente con que yo sea el propietario de todas las tierras son ellos mismos los que van a venir suplicándome de rodillas que les pegue latigazos, que les maltrate, que les mantenga peor que a los animales, y que les permita hacerme rico?"

En efecto, una vez que tú no posees nada y otro lo posee todo, ya eres esclavo, esclavo libre. No hay oxímoron alguno.

Fue así como nos dijeron que abolieron la esclavitud antigua no-libre, y en realidad la transmutaron en propiedad de los medios de producción, en monopolio anticompetitivo capitalista, esta esclavitud moderna sí-libre, llamada proletariado desde el punto de vista de los asnos explotados y engendradores de más prole y de más proletarios-asnos, en la que son los proletarios los que defienden su pobreza, con sus votos y con sus proles, para que el amo capitalista pueda ser rico sin trabajar, únicamente por ser propietario monopolizador del capital, y en la que son los proletarios los que defienden las injustas e inmerecidas riquezas del amo capitalista porque el amo capitalista crea puestos de trabajo, tal como hacían también los amos esclavistas antiguos, que también los creaban.

Todo va bien. Juan Roig y Amancio Ortega están donde están, sus asnos explotados y sus proles de futuros asnos explotados están donde están, todos felices, y eso es lo importante, que todos seamos felices y hagamos celebraciones. No cuál sea el grado de correspondencia o de descorrespondencia entre el reparto del producto y el reparto del esfuerzo para producirlo. Lo importante es la fiesta y la celebración.

La cultura, pues, es la verdadera riqueza, así que dejad en herencia a vuestras proles la rica cultura de la pobreza.

No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra económica o lucha de clases, ya sea a nivel intrageneracional o a nivel intergeneracional.

Y recordad que cuando hacéis nacer a vuestras propias proles en la pobreza y la precariedad, no serán los ricos, el capitalismo y la monarquía los que se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros los que os estaréis riendo de ellos.

Y no dejéis de ponerle medallas a Leonor. Recordad que cuantas más medallas les pongáis a los Borbones, mejor os irá el Reino de España a vosotros, es decir, a ellos, a los Borbones