El ingeniero responsable pide silencio a los periodistas y luego admite que Franco no estaba en la tumba. Como en una fantasía de Santiago Abascal, nietos de fascistas y nietos de republicanos comparten BlaBlaCars para ir juntos a Leroy Merlin, donde compran palas con las que reabrir las cunetas.
Comentarios
Que ganas tienen algunos de inventar noticias.
A mí me ha gustado la historia y además ya se ha comentado la posibilidad de que no esté en su tumba. No entiendo por qué tiene tantos negativos.
Siguen los franquistas en el poder...
Pero debe ser un cuento de terror, si no, no vale.