Detener lo que muchos califican como genocidio del pueblo indígena yanomami, en el extremo norte del país, se suma a las urgencias del nuevo gobierno de Brasil, ya perturbado por un ataque golpista y una crisis militar en su primer mes de vida, informa Mario Osava (IPS) desde Río de Janeiro.
Comentarios
Si se puede, otra vez
Había leído indígenas motomamis.