A Inés Franco la roba el mismo juez que firma la sentencia de muerte de su padre al que ahora, con 85 años, busca en una fosa común en Álora (Málaga), según denuncia. Cuando se queda viudo, le pidió que se casara con él.
#3:
Mira el sucio fascista intentando un Woody (dejar huérfana/viuda cuando te mueres).
“Y que devuelvan a mi familia lo robado”
Y este es uno de los motivos por los que la "transición" no existió en España. No hubo compensación, no hubo reintegro, no hubo un cambio de jueces, militares, policías, políticos y otros funcionarios. No se juzgó y condenó a los genocidas. Todo se quedó como estaba, atado y bien atado. Hasta hoy, que dos periódicos marcadamente fascistas dan un apoyo unánime a una asquerosa que dice representar a la izquierda.
#4:
#3 no es que se apoye, es que directamente los cachorros del PP hacen odas al franquismo y a nazismo. Aquí en Badajoz, donde se cometió una de las mayores masacres de la guerra, esta gente de "bien" se dedica a cantar el cara al sol y asistir a celebraciones por la memoria de Franco. Luego estas alimañas putrefactas y vividoras a costa del currante son premiadas por una organización que no debería de existir entl toda democracia que se precie y no solo asisten a la ceremonia, sino que lo agradecen.
#1:
Copio
Andrés yace inerte. Asesinado a sangre fría, cubierto de tierra. Sin juicio ni defensa. Solo un papel del Juzgado Militar de Álora. Inés queda huérfana. El relato trágico de su vida acaba de empezar. Es la historia reincidente de las víctimas del franquismo. Objetos de usar y tirar para un país, España, garante del olvido.
#23:
#10 Pongo la historia completa por si se perdiera:
La niña robada por un juez franquista
A Inés Franco la roba el mismo juez que firma la sentencia de muerte de su padre al que ahora, con 85 años, busca en una fosa común en Álora (Málaga), según denuncia. Cuando se queda viudo, le pidió que se casara con él.
01 Mayo 2017
JUAN MIGUEL BAQUERO
redaccion@lamarea.com
A la niña Inés la roba un juez franquista. El mismo que firma la sentencia de muerte de su padre. Se la quedó. Como una cosa más. Como las pocas propiedades de la familia. Inés Franco tenía cinco años. Ahora, con 85, busca los huesos de su padre en una fosa común en Álora (Málaga).
42 nombres y una orden: “Han de ser ejecutados en las primeras horas del día de mañana”. La sentencia, a la que ha tenido acceso La Marea, establece la secuencia. “El encargado del Depósito Municipal entregará a las fuerzas del Ejército Nacional a los reos que se encuentran a mi disposición”. Está firmada por “el Capitán Juez Militar”. Y así se cumple. De madrugada, el 5 de abril de 1937, caen muertos a balazos.
Los fascistas suman aquella noche un puñado de presos más a la ejecución. Las balas atraviesan la carne. Los rebeldes arrojan 60 cuerpos al agujero excavado en el castillo del pueblo. El objetivo queda sellado: silencio e impunidad.
Andrés yace inerte. Asesinado a sangre fría, cubierto de tierra. Sin juicio ni defensa. Solo un papel del Juzgado Militar de Álora. Inés queda huérfana. El relato trágico de su vida acaba de empezar. Es la historia reincidente de las víctimas del franquismo. Objetos de usar y tirar para un país, España, garante del olvido.
“Víctimas del terrorismo de Estado”
80 años tienen que pasar hasta que arranca la búsqueda de los restos óseos de Andrés. Y de José, Cristóbal, Antonio, Francisco, Alonso, Martín… La exhumación en el Castillo de Álora, a cargo de la Dirección General de Memoria Democrática de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, busca “una gran fosa que apunta a una gran saca”, en palabras del director arqueológico de la intervención, Andrés Fernández.
Quizás un par de centenares de personas enterradas a casi metro y medio de profundidad. Entre ellos, Andrés Franco. Lo espera su hija, Inés, la niña robada por un juez franquista. Los padres de Inés eran un hijo de los cuchilleas y una hija de los moñigos. Familias conocidas en el pueblo. Su madre, María Arjona, fallecía en el año 34 y los golpistas siegan la vida de Andrés en el 37. El matrimonio deja tres huérfanos: Juan, José y la pequeña Inés.
“A mi abuelo lo mataron en la noche de los 60 fusilados”, relata Susana Cintado, hija de Inés y nieta de Andrés. Hija de niña robada y nieta de ejecutado. Son “víctimas del terrorismo de Estado”, dice sin tapujos. “El que pudo impedir su muerte era un magistrado fascista, pero no lo hizo”, cuenta.
A cambio, “se lleva a mi madre con él porque ese matrimonio no podía tener hijos”. El juez franquista se convierte “en su padre adoptivo”. Vivirán en Málaga, luego Barcelona. De paso, “se queda también con el pequeño patrimonio familiar, una casa y unas tierras”.
La historia de Inés da un giro truculento cuando el juez queda viudo. Arranca la década de los 50, España vive una dictadura que limpia los restos de sangre derramada y el padre adoptivo de Inés le dice “que está enamorado de ella”. Que deben casarse. “Mi madre le dice que es antinatural, que es su hija. Así se entera que es adoptada. Mi madre tendría 18 o 19 años”.
“Como no quiere casarse con él, la echa de casa”. Inés investiga y acaba por conocer el paradero de sus hermanos. “Con Juan se volvió a ver en 1968, en Holanda, y José se murió de leucemia en Canarias, nunca más lo volvió a ver”.
“Y que devuelvan a mi familia lo robado”
Inés Franco no regresa a Álora hasta el año 2013. “Y tenía miedo, pensaba que la iban a acusar por haberse ido con un fascista”, dice su hija. Inés arrastra la tragedia en su propio nombre. “Cuando la robó”, el juez no elimina los apellidos originales de la niña “pero coloca su apellido delante del resto”. E Inés Franco Arjona pasa a ser Inés Carrión Franco Arjona.
Con la apertura de la fosa aparece la opción de cerrar el duelo. De restañar la herida abierta una vida entera. “No sé si vamos a tener los restos exactos de mi abuelo en mis manos”, afirma Susana. “Casi que daría igual, quiero decir, si los sacan, lloraría a cualquiera de los que hay ahí”.
Cintado quiere lograr “un homenaje a las víctimas”, un informe histórico, una placa en el castillo que recuerde a los ejecutados “y que se le devuelva a mi familia lo robado”. Lucha contra la impunidad de los crímenes del franquismo. Llegará, dice, “hasta el final” del caso. Y el nombre… “¿anónimo?”, pregunta. Exclama. “No tengo ningún problema en decir que el juez se llamaba Manuel Carrión Bracho”.
Mira el sucio fascista intentando un Woody (dejar huérfana/viuda cuando te mueres).
“Y que devuelvan a mi familia lo robado”
Y este es uno de los motivos por los que la "transición" no existió en España. No hubo compensación, no hubo reintegro, no hubo un cambio de jueces, militares, policías, políticos y otros funcionarios. No se juzgó y condenó a los genocidas. Todo se quedó como estaba, atado y bien atado. Hasta hoy, que dos periódicos marcadamente fascistas dan un apoyo unánime a una asquerosa que dice representar a la izquierda.
#3 no es que se apoye, es que directamente los cachorros del PP hacen odas al franquismo y a nazismo. Aquí en Badajoz, donde se cometió una de las mayores masacres de la guerra, esta gente de "bien" se dedica a cantar el cara al sol y asistir a celebraciones por la memoria de Franco. Luego estas alimañas putrefactas y vividoras a costa del currante son premiadas por una organización que no debería de existir entl toda democracia que se precie y no solo asisten a la ceremonia, sino que lo agradecen.
#4 ¿En Badajoz se hacen esas cosas? No sé, ¿por qué zonas te mueves? Porque yo no he visto eso nunca... ¿por la plaza los alféreces quizá? Porque ahí es donde va el pijería con sus pulseritas con la bandera, pero vamos, de eso a cantar el cara al sol...
Y esas reuniones franquistas deben ser algo clandestinas, porque carteles anunciándolas, al menos yo, no he visto ninguno.
Igual te estás refieriendo a otro Badajoz y yo estoy despistado.
#3 si que hubo juicios , y fusilamientos. Pero solo se juzgaron los crímenes de guerra del bando republicano (q también los hubo). Mientras , en el lado fascista reino la impunidad. Desde esos días hasta hoy.
Copio
Andrés yace inerte. Asesinado a sangre fría, cubierto de tierra. Sin juicio ni defensa. Solo un papel del Juzgado Militar de Álora. Inés queda huérfana. El relato trágico de su vida acaba de empezar. Es la historia reincidente de las víctimas del franquismo. Objetos de usar y tirar para un país, España, garante del olvido.
No se cuánto duran las cachés de google, pero por si acaso, dejo el mejor fragmento aquí: Y el nombre… “¿anónimo?”, pregunta. Exclama. “No tengo ningún problema en decir que el juez se llamaba Manuel Carrión Bracho”.
#10 Pongo la historia completa por si se perdiera:
La niña robada por un juez franquista
A Inés Franco la roba el mismo juez que firma la sentencia de muerte de su padre al que ahora, con 85 años, busca en una fosa común en Álora (Málaga), según denuncia. Cuando se queda viudo, le pidió que se casara con él.
01 Mayo 2017
JUAN MIGUEL BAQUERO
redaccion@lamarea.com
A la niña Inés la roba un juez franquista. El mismo que firma la sentencia de muerte de su padre. Se la quedó. Como una cosa más. Como las pocas propiedades de la familia. Inés Franco tenía cinco años. Ahora, con 85, busca los huesos de su padre en una fosa común en Álora (Málaga).
42 nombres y una orden: “Han de ser ejecutados en las primeras horas del día de mañana”. La sentencia, a la que ha tenido acceso La Marea, establece la secuencia. “El encargado del Depósito Municipal entregará a las fuerzas del Ejército Nacional a los reos que se encuentran a mi disposición”. Está firmada por “el Capitán Juez Militar”. Y así se cumple. De madrugada, el 5 de abril de 1937, caen muertos a balazos.
Los fascistas suman aquella noche un puñado de presos más a la ejecución. Las balas atraviesan la carne. Los rebeldes arrojan 60 cuerpos al agujero excavado en el castillo del pueblo. El objetivo queda sellado: silencio e impunidad.
Andrés yace inerte. Asesinado a sangre fría, cubierto de tierra. Sin juicio ni defensa. Solo un papel del Juzgado Militar de Álora. Inés queda huérfana. El relato trágico de su vida acaba de empezar. Es la historia reincidente de las víctimas del franquismo. Objetos de usar y tirar para un país, España, garante del olvido.
“Víctimas del terrorismo de Estado”
80 años tienen que pasar hasta que arranca la búsqueda de los restos óseos de Andrés. Y de José, Cristóbal, Antonio, Francisco, Alonso, Martín… La exhumación en el Castillo de Álora, a cargo de la Dirección General de Memoria Democrática de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, busca “una gran fosa que apunta a una gran saca”, en palabras del director arqueológico de la intervención, Andrés Fernández.
Quizás un par de centenares de personas enterradas a casi metro y medio de profundidad. Entre ellos, Andrés Franco. Lo espera su hija, Inés, la niña robada por un juez franquista. Los padres de Inés eran un hijo de los cuchilleas y una hija de los moñigos. Familias conocidas en el pueblo. Su madre, María Arjona, fallecía en el año 34 y los golpistas siegan la vida de Andrés en el 37. El matrimonio deja tres huérfanos: Juan, José y la pequeña Inés.
“A mi abuelo lo mataron en la noche de los 60 fusilados”, relata Susana Cintado, hija de Inés y nieta de Andrés. Hija de niña robada y nieta de ejecutado. Son “víctimas del terrorismo de Estado”, dice sin tapujos. “El que pudo impedir su muerte era un magistrado fascista, pero no lo hizo”, cuenta.
A cambio, “se lleva a mi madre con él porque ese matrimonio no podía tener hijos”. El juez franquista se convierte “en su padre adoptivo”. Vivirán en Málaga, luego Barcelona. De paso, “se queda también con el pequeño patrimonio familiar, una casa y unas tierras”.
La historia de Inés da un giro truculento cuando el juez queda viudo. Arranca la década de los 50, España vive una dictadura que limpia los restos de sangre derramada y el padre adoptivo de Inés le dice “que está enamorado de ella”. Que deben casarse. “Mi madre le dice que es antinatural, que es su hija. Así se entera que es adoptada. Mi madre tendría 18 o 19 años”.
“Como no quiere casarse con él, la echa de casa”. Inés investiga y acaba por conocer el paradero de sus hermanos. “Con Juan se volvió a ver en 1968, en Holanda, y José se murió de leucemia en Canarias, nunca más lo volvió a ver”.
“Y que devuelvan a mi familia lo robado”
Inés Franco no regresa a Álora hasta el año 2013. “Y tenía miedo, pensaba que la iban a acusar por haberse ido con un fascista”, dice su hija. Inés arrastra la tragedia en su propio nombre. “Cuando la robó”, el juez no elimina los apellidos originales de la niña “pero coloca su apellido delante del resto”. E Inés Franco Arjona pasa a ser Inés Carrión Franco Arjona.
Con la apertura de la fosa aparece la opción de cerrar el duelo. De restañar la herida abierta una vida entera. “No sé si vamos a tener los restos exactos de mi abuelo en mis manos”, afirma Susana. “Casi que daría igual, quiero decir, si los sacan, lloraría a cualquiera de los que hay ahí”.
Cintado quiere lograr “un homenaje a las víctimas”, un informe histórico, una placa en el castillo que recuerde a los ejecutados “y que se le devuelva a mi familia lo robado”. Lucha contra la impunidad de los crímenes del franquismo. Llegará, dice, “hasta el final” del caso. Y el nombre… “¿anónimo?”, pregunta. Exclama. “No tengo ningún problema en decir que el juez se llamaba Manuel Carrión Bracho”.
Eso de quitarle los hijos a "las rojas", (antes de matarlas), para dárselos a un "español de bien" parece que fue una actividad bastante extendida y que incluso los argentinos nos han copiado.
Sin pretender responsabilizar a los hijos o los nietos de los actos de sus padres o abuelos, me resulta sorprendente que en España haya gente que ande por la vida luciendo con orgullo apellidos tipo "Vallejo-Nagera", algo impensable en Europa con alguien que se apellidase por ejemplo "Menguele".
Y la de casos que nunca saldran a la luz... O lo haran brevemente, antes de quedar olvidados en la cache de Google. Maravillas de la transicion y la libertad de prensa que heredamos de ella. 100% Marca España.
Me he quedado con lo de que quería que se casara con él como "quéeee?"... Pero no se puede leer nada, da 404. Me parecía demasiado rebuscado todo, suena a fake que les han colado.
Y cuando la mujer del magistrado fallece, le dice “que está enamorado de ella”. Que deben casarse. “Mi madre le dice que es antinatural, que es su hija, y como no quiere casarse con él, la echa de casa”.
Por si quedaba alguna duda de que el tipo era un gusano.
Era amigo de la familia, y según asegura la familia, por el puesto que ostentaba podría haber evitado el fusilamiento de "su amigo" si lo hubiera querido.
“Por favor, no me llevéis que tengo tres niños pequeños”, gritaba Andrés el día que es capturado
Se me hiela la sangre. Qué horror.
PD. Siempre que leo historias de este tipo me da un miedo atroz que nos volvamos de nuevo locos.
#12 O bien había datos erróneos, que todo puede ser. Si lo han retirado por presiones o bien se dejan presionar, lo cual es malo, o es que no estaban seguros de los datos, que también es malo, porque hay que contrastar antes de publicar.
Comentarios
Mira el sucio fascista intentando un Woody (dejar huérfana/viuda cuando te mueres).
“Y que devuelvan a mi familia lo robado”
Y este es uno de los motivos por los que la "transición" no existió en España. No hubo compensación, no hubo reintegro, no hubo un cambio de jueces, militares, policías, políticos y otros funcionarios. No se juzgó y condenó a los genocidas. Todo se quedó como estaba, atado y bien atado. Hasta hoy, que dos periódicos marcadamente fascistas dan un apoyo unánime a una asquerosa que dice representar a la izquierda.
#3 no es que se apoye, es que directamente los cachorros del PP hacen odas al franquismo y a nazismo. Aquí en Badajoz, donde se cometió una de las mayores masacres de la guerra, esta gente de "bien" se dedica a cantar el cara al sol y asistir a celebraciones por la memoria de Franco. Luego estas alimañas putrefactas y vividoras a costa del currante son premiadas por una organización que no debería de existir entl toda democracia que se precie y no solo asisten a la ceremonia, sino que lo agradecen.
http://www.lamarea.com/2016/12/13/dos-alcaldes-del-pp-presentes-en-el-homenaje-que-les-realizo-la-fundacion-francisco-franco/
Seres repugnantes.
#4 ¿En Badajoz se hacen esas cosas? No sé, ¿por qué zonas te mueves? Porque yo no he visto eso nunca... ¿por la plaza los alféreces quizá? Porque ahí es donde va el pijería con sus pulseritas con la bandera, pero vamos, de eso a cantar el cara al sol...
Y esas reuniones franquistas deben ser algo clandestinas, porque carteles anunciándolas, al menos yo, no he visto ninguno.
Igual te estás refieriendo a otro Badajoz y yo estoy despistado.
#4: En #Valladolor es que "ni siquiera hubo matanzas", sólo ahora se empieza a hablar de ellas.
#3 si que hubo juicios , y fusilamientos. Pero solo se juzgaron los crímenes de guerra del bando republicano (q también los hubo). Mientras , en el lado fascista reino la impunidad. Desde esos días hasta hoy.
Copio
Andrés yace inerte. Asesinado a sangre fría, cubierto de tierra. Sin juicio ni defensa. Solo un papel del Juzgado Militar de Álora. Inés queda huérfana. El relato trágico de su vida acaba de empezar. Es la historia reincidente de las víctimas del franquismo. Objetos de usar y tirar para un país, España, garante del olvido.
Me sale un 404 pero la caché de google es: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:jGqgMY5WcJQJ:www.lamarea.com/2017/05/01/nina-robada-por-un-juez-franquista/
#5 #7 #8 #9 #10 #15 #23 Ya funciona otra vez el enlace.
No se cuánto duran las cachés de google, pero por si acaso, dejo el mejor fragmento aquí: Y el nombre… “¿anónimo?”, pregunta. Exclama. “No tengo ningún problema en decir que el juez se llamaba Manuel Carrión Bracho”.
#10 Pongo la historia completa por si se perdiera:
La niña robada por un juez franquista
A Inés Franco la roba el mismo juez que firma la sentencia de muerte de su padre al que ahora, con 85 años, busca en una fosa común en Álora (Málaga), según denuncia. Cuando se queda viudo, le pidió que se casara con él.
01 Mayo 2017
JUAN MIGUEL BAQUERO
redaccion@lamarea.com
A la niña Inés la roba un juez franquista. El mismo que firma la sentencia de muerte de su padre. Se la quedó. Como una cosa más. Como las pocas propiedades de la familia. Inés Franco tenía cinco años. Ahora, con 85, busca los huesos de su padre en una fosa común en Álora (Málaga).
42 nombres y una orden: “Han de ser ejecutados en las primeras horas del día de mañana”. La sentencia, a la que ha tenido acceso La Marea, establece la secuencia. “El encargado del Depósito Municipal entregará a las fuerzas del Ejército Nacional a los reos que se encuentran a mi disposición”. Está firmada por “el Capitán Juez Militar”. Y así se cumple. De madrugada, el 5 de abril de 1937, caen muertos a balazos.
Los fascistas suman aquella noche un puñado de presos más a la ejecución. Las balas atraviesan la carne. Los rebeldes arrojan 60 cuerpos al agujero excavado en el castillo del pueblo. El objetivo queda sellado: silencio e impunidad.
Andrés yace inerte. Asesinado a sangre fría, cubierto de tierra. Sin juicio ni defensa. Solo un papel del Juzgado Militar de Álora. Inés queda huérfana. El relato trágico de su vida acaba de empezar. Es la historia reincidente de las víctimas del franquismo. Objetos de usar y tirar para un país, España, garante del olvido.
“Víctimas del terrorismo de Estado”
80 años tienen que pasar hasta que arranca la búsqueda de los restos óseos de Andrés. Y de José, Cristóbal, Antonio, Francisco, Alonso, Martín… La exhumación en el Castillo de Álora, a cargo de la Dirección General de Memoria Democrática de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, busca “una gran fosa que apunta a una gran saca”, en palabras del director arqueológico de la intervención, Andrés Fernández.
Quizás un par de centenares de personas enterradas a casi metro y medio de profundidad. Entre ellos, Andrés Franco. Lo espera su hija, Inés, la niña robada por un juez franquista. Los padres de Inés eran un hijo de los cuchilleas y una hija de los moñigos. Familias conocidas en el pueblo. Su madre, María Arjona, fallecía en el año 34 y los golpistas siegan la vida de Andrés en el 37. El matrimonio deja tres huérfanos: Juan, José y la pequeña Inés.
“A mi abuelo lo mataron en la noche de los 60 fusilados”, relata Susana Cintado, hija de Inés y nieta de Andrés. Hija de niña robada y nieta de ejecutado. Son “víctimas del terrorismo de Estado”, dice sin tapujos. “El que pudo impedir su muerte era un magistrado fascista, pero no lo hizo”, cuenta.
A cambio, “se lleva a mi madre con él porque ese matrimonio no podía tener hijos”. El juez franquista se convierte “en su padre adoptivo”. Vivirán en Málaga, luego Barcelona. De paso, “se queda también con el pequeño patrimonio familiar, una casa y unas tierras”.
La historia de Inés da un giro truculento cuando el juez queda viudo. Arranca la década de los 50, España vive una dictadura que limpia los restos de sangre derramada y el padre adoptivo de Inés le dice “que está enamorado de ella”. Que deben casarse. “Mi madre le dice que es antinatural, que es su hija. Así se entera que es adoptada. Mi madre tendría 18 o 19 años”.
“Como no quiere casarse con él, la echa de casa”. Inés investiga y acaba por conocer el paradero de sus hermanos. “Con Juan se volvió a ver en 1968, en Holanda, y José se murió de leucemia en Canarias, nunca más lo volvió a ver”.
“Y que devuelvan a mi familia lo robado”
Inés Franco no regresa a Álora hasta el año 2013. “Y tenía miedo, pensaba que la iban a acusar por haberse ido con un fascista”, dice su hija. Inés arrastra la tragedia en su propio nombre. “Cuando la robó”, el juez no elimina los apellidos originales de la niña “pero coloca su apellido delante del resto”. E Inés Franco Arjona pasa a ser Inés Carrión Franco Arjona.
Con la apertura de la fosa aparece la opción de cerrar el duelo. De restañar la herida abierta una vida entera. “No sé si vamos a tener los restos exactos de mi abuelo en mis manos”, afirma Susana. “Casi que daría igual, quiero decir, si los sacan, lloraría a cualquiera de los que hay ahí”.
Cintado quiere lograr “un homenaje a las víctimas”, un informe histórico, una placa en el castillo que recuerde a los ejecutados “y que se le devuelva a mi familia lo robado”. Lucha contra la impunidad de los crímenes del franquismo. Llegará, dice, “hasta el final” del caso. Y el nombre… “¿anónimo?”, pregunta. Exclama. “No tengo ningún problema en decir que el juez se llamaba Manuel Carrión Bracho”.
Error 1936
#12 #16 #19 #21 He preguntado en Twitter, dicen que había un error y lo están solventando.
#16 Más bien Horror 1936
parece un bonachón ese juez...
Eso de quitarle los hijos a "las rojas", (antes de matarlas), para dárselos a un "español de bien" parece que fue una actividad bastante extendida y que incluso los argentinos nos han copiado.
Sin pretender responsabilizar a los hijos o los nietos de los actos de sus padres o abuelos, me resulta sorprendente que en España haya gente que ande por la vida luciendo con orgullo apellidos tipo "Vallejo-Nagera", algo impensable en Europa con alguien que se apellidase por ejemplo "Menguele".
Y la de casos que nunca saldran a la luz... O lo haran brevemente, antes de quedar olvidados en la cache de Google. Maravillas de la transicion y la libertad de prensa que heredamos de ella. 100% Marca España.
Menos mal que ya no quedan franquistas.
Y la de casos que nunca saldran a la luz... O lo haran brevemente, antes de quedar olvidados en la cache de Google.
Me he quedado con lo de que quería que se casara con él como "quéeee?"... Pero no se puede leer nada, da 404. Me parecía demasiado rebuscado todo, suena a fake que les han colado.
#11 caché de google
#0@admin Error 404
PÁGINA NO ENCONTRADA
Y cuando la mujer del magistrado fallece, le dice “que está enamorado de ella”. Que deben casarse. “Mi madre le dice que es antinatural, que es su hija, y como no quiere casarse con él, la echa de casa”.
Por si quedaba alguna duda de que el tipo era un gusano.
Era amigo de la familia, y según asegura la familia, por el puesto que ostentaba podría haber evitado el fusilamiento de "su amigo" si lo hubiera querido.
“Por favor, no me llevéis que tengo tres niños pequeños”, gritaba Andrés el día que es capturado
Se me hiela la sangre. Qué horror.
PD. Siempre que leo historias de este tipo me da un miedo atroz que nos volvamos de nuevo locos.
Edit
Llamándose Inés Franco, llamó la atención de un franquista 😬 😬
Error 404
¿Fake news? ¿De lamarea.com?
I can't believe it... 😲
Han retirado el articulo
#9 Habrán recibido algunas llamaditas telefónicas de gente de bien.
#12 O bien había datos erróneos, que todo puede ser. Si lo han retirado por presiones o bien se dejan presionar, lo cual es malo, o es que no estaban seguros de los datos, que también es malo, porque hay que contrastar antes de publicar.
#9 En la caché de google todavía se puede ver.
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:jGqgMY5WcJQJ:www.lamarea.com/2017/05/01/nina-robada-por-un-juez-franquista/+&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=es