“El gilipollas del mes soy yo. A las 9:42 me escriben por SMS y me dicen ‘hola papá, mi teléfono está roto. Este es mi nuevo número, envíame un mensaje por WhatsApp cuando puedas’. Guardo el teléfono y digo hola”, comienza describiendo Iturriaga. Pasó algo de tiempo sin que la víctima en este caso contestara, por lo que los estafadores volvieron a la carga y le pidieron que fuera a su banco y en ventanilla les hiciera una transferencia de 9.811 euros. “Increíblemente yo voy porque seguía con que tenía que ayudar a mi hija”, destaca Iturriaga.