Desde muy pequeño, recuerda una sensación de necesidad de mover las piernas cuando estaba en el sofá viendo la tele a la que nunca dio mayor importancia porque remitía al irse a la cama. Ya en sus 30, la sensación se revirtió, y empezó a sufrir las crisis precisamente cuando se iba a la cama y era incapaz de dormir, entrando en una espiral de falta de insomnio y depresión. El diagnóstico vino mucho más tarde, ya con 40 años.
|
etiquetas: sindrome de las piernas inquietas , diagnóstico , depresión e insomnio