Cinco estudios con un total de 2.000 participantes, con y sin trastorno mental, aportaron un resultado revelador: las personas que asumían que el pensamiento desempeñaba un papel importante en el origen de los sentimientos mostraban una mayor estabilidad emocional y presentaban menos problemas mentales acusados. En cambio, quienes consideraban que ciertas circunstancias o situaciones desencadenaban inevitablemente emociones negativas señalaron que perdían el control enseguida o que se asustaban con facilidad.
Comentarios
El capitán obvius al rescate.
Sí, ya, pero no todo el mundo tiene la capacidad intelectual suficiente para analizar sus propias emociones sin entrar en bucles y gilipolleces.