La guerra proporciona a los hombres el escenario psicológico perfecto para desahogar su desprecio por las mujeres. Así de contundente se mostraba Susan Brownmiller, la periodista y activista estadounidense, en su libro Contra nuestra voluntad: hombres, mujeres y violación (1975), en el que planteó la violación como un problema político, un acto de poder y un «arma de guerra”. Un acto tan miserable, como repetido a lo largo de la historia.
Que malvados los hombres que llevan desde siempre matándose y mutilándose para que su hogar sea un sitio seguro donde puedan vivir tranquilas las mujeres y los niños.
Si, simplificamos tanto que perdemos la objetividad y parte del sentido común.
Hay hombres malos, si. Pero también hay muchas mujeres terribles que mueven hilos detrás de bastidores. Y yo desprecio a esa clase de gente "mala"
He sido muy generalista, pero si me respondeis con una simple línea de texto os digo que no hay más ciego que el que no quiere ver.
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magnet.xataka.comQue malvados los hombres que llevan desde siempre matándose y mutilándose para que su hogar sea un sitio seguro donde puedan vivir tranquilas las mujeres y los niños.
Parece que la que quiere desahogar su desprecio por los hombres es ella. Raro es ir a la guerra por algo que se desprecia.
Si, simplificamos tanto que perdemos la objetividad y parte del sentido común.
Hay hombres malos, si. Pero también hay muchas mujeres terribles que mueven hilos detrás de bastidores. Y yo desprecio a esa clase de gente "mala"
He sido muy generalista, pero si me respondeis con una simple línea de texto os digo que no hay más ciego que el que no quiere ver.
La guerra ha sido siempre un lugar perfecto para que los malvados hagan maldades. A hombres, a mujeres y a niños.