Es la ciudad que prometió cambiarlo todo gracias a la revolución. Y la que ahora, en nombre de esa misma revolución, frena todo cambio. Quizá sea la capital más hermosa del idioma español. Y a la vez es un lugar roto y triste, lleno de contradicciones, donde cobra más un taxista que un médico y el tiempo parece haberse parado hace varias décadas. Cuarta entrega de una serie en la que el cronista Martín Caparrós toma el pulso a grandes urbes de Latinoamérica.
Comentarios
Una ciudad "rota y triste" que es casi el único sitio de América donde, a pesar de los muchísimos problemas que hay, la gente tiene derecho real a vivienda, sanidad, educación superior y trabajo digno. Encima puedes pasear sin miedo a que te peguen un tiro.
Si La Habana está "rota y triste", ¿entonces qué es el resto del continente? ¿Un estercolero putrefacto?
Tú te refieres al resto de Cuba.
El señor que pide limosna en Cuba ya es bastante escandaloso.