Hablemos claro; cuando nos enamoramos, nuestro cerebro se llena de feniletilamina y ésta dispara la dopamina que combinadas provocan placer. Cuando sufrimos una decepción amorosa, es como cuando a los farmacodependientes les quitan las drogas ¿por qué? por falta de dopamina, la hormona que desencadena todos esos procesos químicos.
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Errónea: la adicción a internet o las redes sociales no existe.