La ansiedad y depresión son denominadas como trastornos emocionales muy complejos, los cuales afectan directamente a las conductas, pensamientos y personalidades de quienes lo padecen. A pesar de que son muy diferentes entre sí, hay similitudes entre ambas que suelen confundir a las personas no estudiadas en el tema, auto diagnosticándose como depresivas o ansiosas, incluso cuando no padecen de ninguna de estas. Primero que nada, analizaremos las diferencia entre ambos trastornos para luego poner sobre la mesa los conceptos comunes y poder finalmente, reflexionar acerca de estos dos trastornos.
Ansiedad y depresión, ¿Sabes las diferencias?
La ansiedad es definida como una alerta que se genera en el organismo para alertarnos sobre una amenaza, peligro o estado de inconformidad e incomodidad futuro. Su respuesta suele ser intensa y es asociada con distintas situaciones o estímulos. Al activarse la alerta en el organismo, el cuerpo recibe el llamado a la huida, al escape de lo peligroso o lo incómodo, por lo cual suele referirse a una respuesta natural del cuerpo y no a un trastorno, sin embargo, se cataloga como trastorno al no poder controlarse el estado de ansiedad, pudiendo acabar en crisis nerviosas o estados de shock.
Otra manera en que se refleja la Ansiedad, es en el exceso de alerta que se transforma en hipervigilancia, inseguridad, paranoia, irritabilidad y más. La diferencia entre los ataques de ansiedad y el miedo común, es que la ansiedad suele exagerar los detonantes, dando una sobrevaloración a los riesgos y disminuyendo el valor de nuestra propia capacidad de respuesta. En otras palabras, no somos consiente de los grados de peligro y capacidad para responder a ellos.
Para diferenciar la gravedad de los ataques de ansiedad de los ataques depresivos, podemos fijarnos en los niveles de variación de los mismos. Mientras que la depresión suele estar en un estado de permanencia a diario, la ansiedad se observa en periodos cortos. Por otro lugar, el disfrute o el placer cuando no se padece ansiedad, no se ve disminuido, cuestión que si sucede con la depresión.
Una crisis de ansiedad y depresión pueden diferenciarse también por los sub tipos de estos trastornos. Es decir, cada tipo de ansiedad tiene características que lo hacen única entre sí y en contraste al a depresión.
Si hablamos de depresión, podemos nombrar al estado de reposo o conservación de energía como una característica propia y única. También se degrada el concepto de la vida luego de una pérdida o un fallo que nos haya marcado. La actividad social se torna cada vez más cerrada y nuestra sensación de disgusto, tristeza y falta de ánimo, se vuelven cada vez más cotidianas, afectando directamente a nuestra capacidad de sentir placer. Por último, la baja autoestima y la sensación de sentirse inferior son también partes de los síntomas del trastorno depresivo.
Relación que tiene la ansiedad con la depresión
La ansiedad y la depresión suelen presentarse juntas, ya sea personas depresivas con ataques de ansiedad, o personas con ansiedad de algún tipo que tengan depresión. Ambos trastornos son resultado directo de eventos internos o externos que son tan fuertes que se catalogan como traumas, la diferencia será determinada por dicho evento. Es decir, mientras que los eventos de pérdida o fallo, crean depresión, los eventos de peligro o amenaza, crean ansiedad.
La OMS ha involucrado entre su lista de trastornos al trastorno de ansiedad y a la depresión en una sola, esta es llamada trastorno mixto ansioso-depresivo. Dentro de este trastorno hay varias combinaciones que se generan por las mismas causas detonantes de trastornos cada uno por separado.
También están los trastornos ansiosos con un estado disfórifico, es decir, que combina la baja autoestima con la inquietud, preocupación y tristeza. Estas afectan a varias áreas de nuestra vida, y provoca un problema en cotidianidad, en el estilo de vida e incluso puede llevar a algunas personas a no ser aptas para actividades laborales comunes.
En países más desarrollados, los problemas de depresión y ansiedad son tomados muy en cuenta. Por ejemplo, las personas que están situación de rupturas amorosas pueden considerarse en un estado depresivo temporal, por lo cual pueden solicitar un reposo hasta sentirse mejor o por un tiempo predeterminado por un médico o el paciente en acuerdo con la empresa.
Finalmente, el hilo en común que más se deja notar, es la exageración de los elementos detonantes y la disminución de las capacidades de resolver los problemas. Así como la ansiedad eleva el grado de los peligros, la depresión incrementa el impacto de los fallos o las pérdidas en la vida, mientas que ambos disminuyen la capacidad propia de sobresalir de dichos peligros o fallos.