Ramoncín, un hombre de espíritu rebelde, de madurez no acorde a su edad e ignorancia musical palpable, sigue ahí. En tertulias, programas musicales, conciertos... en lo que le permita ganar dinero. Y que siga ahí. Todos tenemos que buscar la forma de ganarnos la vida. Sin embargo, en el caso de este personaje, humildemente quisiera que siga ganándose la vida pero dejando de tratar a quienes lo critican como gente sin criterio o sorda.
Comentarios
Lo mejor, sin duda, lo que dice al final: "No soy tan vanidoso".
Entre el segundo 44 y 47 hay una morena en primera fila que se tiene que tapar la cara por vergüenza ajena.