Como empresario no tiene igual. Al menos en el campo de la cirugía estética, es decir, reparaciones de chapa y pintura con silicona. Lo demostró con la salida a bolsa de su compañía, la popular red de centros de belleza Corporación Dermoestética, en la que se hizo acompañar por un elenco de azafatas/enfermeras buenorras, y lo sigue haciendo con algunas de sus aficiones, propias, eso sí, a su condición de acaudalado.