El factor dinero es el enésimo protagonista de la campaña electoral estadounidense, en la cual candidatos republicanos y demócratas han administrado hasta hoy 500 millones de dólares y planean duplicar la cifra. Antes que un ganador final sea escogido en noviembre venidero, la contienda política para renovar la dirección de la Casa Blanca amenaza con gastar más de dos mil millones de dólares, revelan análisis de la prensa nacional.