Se deduce así que el gen de la infidelidad o “gen Casanova” existe y lo transmiten los machos. Lo más curioso es que los científicos han llegado a la conclusión de que en este caso la infidelidad femenina no reporta ventajas evolutivas y las hembras que incurren en adulterio lo hacen, sencillamente, porque han recibido esa predisposición natural por herencia paterna. Un estudio sueco echa directamente la culpa de la infidelidad masculina a un gen en concreto, el alelo 334 que tienen dos de cada cinco hombres.
Comentarios
así que "...la culpa es de los padres...que las visten como..."
Cariño no es lo que parece, la culpa es de mi padre.
bueno, bueno.... Lo que hay que leer
El alelo 334: De tal palo, tal astilla
ains Desde ahora todos somos niñ@s de papa...
Primero, este estudio es antiguo como él solo. Segundo, se habla sólo de tendencias. Quien tiene el gen, no tiene por qué ser infiel, y el que no lo tiene, no tiene por qué no serlo. Sensacionalista como ella sola.