En el mundo real lo sabíamos todos hace décadas, pero ahora parece saberlo también, por fin, el Tribunal de Cuentas: la administración ha contratado docenas, centenares de informes, asesorías y consultorías para que les ofrezca su opinión sobre proyectos simplemente irrealizables, o para que les digan lo obvio a cambio de suculentas cantidades de dinero público.
Comentarios
Es lo que se conoce como trapicheos y amiguetes.
Y lo que es peor: si para hacer mi trabajo necesito tropecientos asesores, es que no sirvo para hacer ese trabajo
Espe las llama mamandurrias. Es una experta.