«Desde la entrada del euro, Holanda se ha vuelto un país muy caro», afirma Soraya Lago. Y esto se deja notar hasta en las cosas más simples. «Un café cuesta de 2,50 a 4 euros». Y parte de la culpa, según esta bilbaína, la tiene el gobierno holandés. «El sentimiento general es que los impuestos son muy elevados».
Comentarios
Me apunto a esta religión
Yo quiero vivir en Holanda