Todos sabíamos que la crisis llegaría pronto a la casa del imbatible Pedro Jota Ramírez. Antes del verano, este diario tuvo la oportunidad de hablar con algunos de los gestores de Unidad Editorial y nos aseguraron que el negocio estaba perfectamente acondicionado para sobrellevar los avatares de la crisis actual. Sin embargo, a la vuelta de vacaciones la sombra de un expediente de regulación de empleo planea sobre la nueva sede en el Pinar de Chamartín.
Comentarios
Los redactores temen que el recorte no termine con los colaboradores y pueda ir más allá. Incluso los salarios más jugosos, algunos de ellos correspondientes a los columnistas estrella, serán congelados o revisados a la baja.
Digo yo que podrían hacer una huelga variante de la japonesa. Sería en que los periodistas de la casa no siguieran los dictados de la casa y fueran realmente independientes hasta que se cumplieran sus exigencias. Igual lograban incluso tener más ventas.