Una persona de Veiga (Montederramo) se recupera en el Complexo Hospitalario de Ourense de las cornadas que le dio un toro hasta dejarlo inconsciente en un prado.
Preciosa noticia que demuestra una vez más la fidelidad y el amor que los animales de compañía sienten por nosotros y que, desgraciadamente, no siempre es correspondido.
Al día siguiente del suceso, el hijo del herido, Jesús Fernández, logró capturar el animal con una cuerda y amarrarlo a un poste, pero al desatarlo para conducirlo al establo, lo embistió. ’Le dio varias cornadas y también continúa de baja médica’, relata su madre. El perro estaba con él y volvió a repetir su hazaña, sacándole el toro de encima.
¡Caray con el perro! ¡Qué tio! Yo es que ya me lo imagino con gafas de sol, cordoncillo enrollado hacia la oreja y hablándole a la solapa del traje negro: "¡Toro a 3, toro a las 3!"
Comentarios
Preciosa noticia que demuestra una vez más la fidelidad y el amor que los animales de compañía sienten por nosotros y que, desgraciadamente, no siempre es correspondido.
’Muy inteligente’ y ’como una persona’...
Así definen los amos al perro. Yo añadiría, y con muchos más huevos...
Si yo fuera el perro, no sé si me sentaría muy bien que me dijeran lo de "como una persona", viendo el panorama últimamente...
El perro un can-peón. Y el toro... como vaca que soy, me avergüenzo del comportamiento de algunos de mis semejantes.
"Al herido lo acompañaba el perro que, a base de mordeduras en las patas, logró sacarle el buey de encima"
¡O el periodista no sabe lo que es un buey,( http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=buey ) o, caso de serlo realmente, no me extraña que estuviera cabreado al meterle en un prado lleno de vacas en celo!.
No hay animales más nobles
Al día siguiente del suceso, el hijo del herido, Jesús Fernández, logró capturar el animal con una cuerda y amarrarlo a un poste, pero al desatarlo para conducirlo al establo, lo embistió. ’Le dio varias cornadas y también continúa de baja médica’, relata su madre. El perro estaba con él y volvió a repetir su hazaña, sacándole el toro de encima.
¡Caray con el perro! ¡Qué tio! Yo es que ya me lo imagino con gafas de sol, cordoncillo enrollado hacia la oreja y hablándole a la solapa del traje negro: "¡Toro a 3, toro a las 3!"