Prejubilaciones y jubilaciones a los 67 años, dos caras de una misma moneda, pero ¿qué es lo que hace que unos (privilegiados) estén en un lado y otros (llamados curritos o mejor “pringadillos”) estén en el otro? ¿Por qué se permite que en este país haya una mitad de prejubilados de lujo, que apenas pierden ingresos ni derechos, mientras la otra mitad tienen que seguir trabajando para que ellos sigan disfrutando de su estatus?