Fernando Sánchez Dragó | Kioto Las noticias del seísmo y sus secuelas languidecen. Ésta es mi última palabra sobre el asunto, a condición de que no se produzcan novedades de peso y poso en cualquiera de los frentes abiertos. Miniapocalipsis, si acaso, desmintiendo a los agoreros de Vandalia y de Eurabia, circunscrito a una zona relativamente pequeña. Lo demás está en calma. Los japoneses, cuando se inquiere su opinión acerca del dramatismo imperante en los medios de comunicación de los gaiyin (nosotros), esbozan una sonrisilla de irónica...
Comentarios
Lo que diga este señor me trae al pairo.
Es una opinión más, de alguien que conoce perfectamente de lo que habla, aunque os pueda parecer reaccionario, lleva años viviendo en Japón y mucho de lo que dice aquí es cierto: Nos hemos precipitado dándoles lecciones de cómo asumir la triple catástrofe que creo están afrontando con medios y valentía sin el discurso victimista y terrorífico nuestro cuyo máximo exponente fueron las nefastas declaraciones de un funcionario(?) europeo de Energía, hablando de "apocalipsis". En estos casos hay que cuidar mucho el lenguaje.
Un país cuya esposa del Primer Ministro Naoto Kan se atreve a escribir un libro ironizando sobre las carencias de su marido, debe ser un país muy crítico y muy civilizado. Algo impensable aquí.
Que malas son las drogas.
#0 Atrevido, colgar un artículo de una de las personas más queridas en la comunidad menéame... me da que tu karma se va a hacer gárgaras...
#3 Pues amigo el miedo es el primer camino al lado oscuro y no subir una noticia por miedo a la "deskarmalizacion" de tu cuenta es censura pura y dura, si la gente votase correctamente (yo una opinión nunca la voto negativa) no habría problemas
#7 ironic mode off
q duro eres...
no va mal!!
Me parece muy inoportuno el artículo. Para empezar porque el miedo es libre, y habla de unas personas que probablemente ni siquiera conozca ni mucho menos su situación y circustancias personales.
Por otra parte lo que el Sr. Sánchez Dragó está haciendo en este artículo es precisamente lo que critica, es decir QUEJARSE, y por mucho que le pese también es español. Se queja de lo que cuesta el flete del avión por ejemplo, pero yo que vivo fuera de España y veo las cantidades de dinero que muchas veces se malgastan en embajadas de todo el mundo me gustaría que si pasase algo dónde vivo y yo no pudiera hacer frente al gasto, también el gobierno de España hiciera algo similar.
Por cierto, una última reflexión, ¿cree Sánchez Dragó que los periodistas japoneses critiquan tanto a sus compatriotas como lo hace él?