Aquí tenemos al Dios solar Ra, destruyendo a la serpiente Apep, encarnación del mal y enemiga eterna del orden cósmico, el Maat. Cada noche, Apep, como deidad de la oscuridad, se enseñoreaba del mundo y al alba, era vencida por un triunfante Ra, que emergía en su carro solar por oriente.