El problema, y todos lo sabemos, es que las medidas de recorte no serán suficientes. En otoño, tendrá que volver a elegir entre repartir la miseria, SUBIR IMPUESTOS, que los que están trabajando paguen más, incluso a costa de que gasten menos y generen menos riqueza, se destruya aun más empleo, o crear riqueza, BAJAR IMPUESTOS, y apostar así por más gente trabajando, más gente pagando impuestos, más gente consumiendo y menos gente cobrando desempleo.
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Ni una cosa, ni otra, proporcionalidad fiscal según renta y patrimonio.