No son voluntarios. Son personas increíbles. Los individuos que se acaban de jubilar tienen una sabiduría y una experiencia muy valiosa, acumulada a lo largo de muchos años. Convertir la jubilación en una renuncia a ese capital humano es un estrepitoso despilfarro para la sociedad. Pero, además, en lo personal, transmitir a un individuo el mensaje de “ya no sirves para nada” tampoco es muy sensato.
Comentarios
Pongamos a los abuelos a cuidar de nuestros hijos, para que les transmitan sabiduría.
Me parece una idea cojonuda.
Edito: no me refiero a #1 sino a la noticia.
#2
Qué gran idea...