La periodista Marta Hurtado de Mendoza cuenta así la experiencia: «Faris Rotter se colgó del techo de la Moby Dick y se tiró al vacío para dar a la bola de espejos. La tiró, le abrió la cabeza a alguien del público y le cayeron mil palos de los de seguridad. Luego se recorrió de pie toda la barra y se metió como cincuenta pajitas en la boca. A la salida estaba el SAMUR, la policía y otros fans heridos proclamando el renacimiento del punk».
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Video justo en el momento de la caída de la bola de espejos.