Me parece aberrante que se invite a niños a un espectáculo sangriento pero también hay camellos que reparten drogas a los niños en las puertas de los colegios. La culpa es de las autoridades, pero como dicen ellos: una corrida de toros es un espectáculo cultísimo (sic)
En toda época siempre veremos alguna barbaridad elevada al noble estadio del arte o de la religión por las autoridades o por la comunidad, bajo el pretexto de la cultura, la tradición, la espiritualidad, la fiesta, etc. Hay que vivir con la certeza de que siempre vamos a encontrar alguna barbaridad institucionalizada. Antaño podía ser el sacrificio de niños o de prisioneros de guerra al dios de turno, prácticas que incorporaban seguramente finísimos y complejos rituales llenos de una honda espiritualidad y exquisito buen gusto, para la época (sobre todo si además te comías a los prisioneros). Lo que encuentro triste de nuestro tiempo es que el grado de la barbaridad sea aun tan bárbaro. Se que hacer perrerías a galos o tlaxcaltecas para crear cultura y alimentar nuestros gustos estéticos o religiosos sería peor que hacerlo con pobres bichos, pero no deja de ser una barbaridad hacerlo con bichos, y desearía vivir en un tiempo en el que poder echarme las manos a la cabeza sólo porque en un templo, teatro o circo canta Leticia Savater.
Comentarios
invita a cien niños a una corrida Eso es pedofilia a gran escala.
#3 ¿lo dices por lo de la "corrida"?
#5 que sagaz
Y después a los toros
Sádico de mierda.
Me parece aberrante que se invite a niños a un espectáculo sangriento pero también hay camellos que reparten drogas a los niños en las puertas de los colegios. La culpa es de las autoridades, pero como dicen ellos: una corrida de toros es un espectáculo cultísimo (sic)
Sólo faltaba que fuese cura
En toda época siempre veremos alguna barbaridad elevada al noble estadio del arte o de la religión por las autoridades o por la comunidad, bajo el pretexto de la cultura, la tradición, la espiritualidad, la fiesta, etc. Hay que vivir con la certeza de que siempre vamos a encontrar alguna barbaridad institucionalizada. Antaño podía ser el sacrificio de niños o de prisioneros de guerra al dios de turno, prácticas que incorporaban seguramente finísimos y complejos rituales llenos de una honda espiritualidad y exquisito buen gusto, para la época (sobre todo si además te comías a los prisioneros). Lo que encuentro triste de nuestro tiempo es que el grado de la barbaridad sea aun tan bárbaro. Se que hacer perrerías a galos o tlaxcaltecas para crear cultura y alimentar nuestros gustos estéticos o religiosos sería peor que hacerlo con pobres bichos, pero no deja de ser una barbaridad hacerlo con bichos, y desearía vivir en un tiempo en el que poder echarme las manos a la cabeza sólo porque en un templo, teatro o circo canta Leticia Savater.
maldito torero pedófilo .... y zoofilico por que me han dicho que también hace eso con los toros...
Si fuera actor porno y les invitara a un rodaje le meterían en la cárcel, pero una corrida de toros es mejor.