El 9 de agosto de 2020, Asier Gonzalez Silva, un enfermero pontevedrés que residía en Santiago de Compostela, circulaba en su coche con dos amigos camino de Finisterre. Asier González Silva decidió no respetar ni el límite de velocidad de la vía ni la señal de curva peligrosa a la que se acercaba. No redujo la marcha ni pisó el freno. Quisó trazar aquella curva a más de 116km por hora pero no le salió bien e invadió el carril contrario. Y mató a Josep.