Hace 12 años | Por --299336-- a elmundo.es
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En una de sus visitas a Israel, el escritor alemán Günter Grass acompañó al canciller Willy Brandt. El novelista pidió permiso a la entonces jefa de Gobierno israelí, Golda Meir, para hacerle un retrato. Y lo hizo. Corría el año 1973. Hoy difícilmente Benjamin Netanyahu aceptaría este gesto creativo tras su polémico poema contra Israel y la posterior decisión de un ministro convertido ahora en el blanco de la crítica. Efectivamente, el titular de Interior, Eli Ishai, está siendo criticado en su país por vetar en el futuro la llegada de Grass.