Miles de niños mauritanos no reciben vacunas cruciales para su vida porque no hay equipos suficientes para almacenar ni esas vacunas ni otro tipo medicamentos. Lo peor es que en demasiadas ocasiones cuando se les administra esos fármacos ya están en mal estado, lo que ha acabado provocando en ciertos casos la muerte de algunos pequeños. Unicef lleva años advirtiendo de esta delicada situación derivada de la falta de medios de este país del África Occidental. Dos empresarios españoles podrían contribuir a cambiar radicalmente esta realidad.