La policía catalana tarda una hora y media en desalojar a la PAH de una sede del Banco Popular la noche del miércoles. La protesta tuvo lugar en una sede del banco popular.
Nos han hecho creer que las antiguas clases sociales (burguesía, proletariado...) ya no existen, que casi todo el país pertenece a la clase media. La lucha de clases es un término anticuado, pronunciarlo parece casi una blasfemia. Pero la realidad es que en la actualidad se libra una salvaje guerra de clases por parte de una minoría (el 1% de súper ricos junto a otro 9% que se encuentra en su órbita) contra el resto de la población.
La erupción de la caldera del Toba (isla de Sumatra, Indonesia) hace unos 70.000 años provocó un invierno volcánico a escala global de terribles consecuencias para nuestros antepasados. La población se redujo hasta niveles mínimos, 5.000 personas o incluso menos, por lo que estuvimos en grave peligro de extinción. Solo la solidaridad entre individuos dentro de los grupos familiares y el apoyo mutuo evitaron tal vez que termináramos desapareciendo por completo.
El uso de las denominadas “armas no letales” contra movilizaciones ciudadanas aumenta mientras se anuncia la incorporación de nuevos instrumentos de aplicación militar.
Durante siglos los seres humanos han vivido confinados en áreas muy reducidas de las que apenas salían, ignorantes y sometidos a un poder absoluto y patriarcal al que debían obediencia ciega y hasta incluso sus vidas. Eso ha cambiado, en la nueva civilización global los invisibles ya no lo son tanto. El acceso a la educación permite modelar conciencias, ser consciente de la multiplicidad de culturas y formas de entender la vida pero, al mismo tiempo, de la unicidad de las necesidades y aspiraciones humanas.