#3 «Me duele mi corazón de mamá», confiesa Cayley, que defiende que en esta etapa escolar solo debería importar aprender en clase y jugar. Además, ella lamenta que con actitudes así se está enseñando a los niños que cuando trabajes, si no acabas tus funciones, tendrás que llevártelas a casa tras ocho horas laborales. «No estamos enseñando a nuestros hijos que trabajamos para vivir, si no que vivimos para trabajar».
Generación de cristal