Llevo muchos años trabajando como psicólogo en centros de rehabilitación para personas con enfermedad mental, y os puedo asegurar que, desde mi experiencia, la viñeta es mucho más cercana a la realidad de lo que podríamos pensar. Las personas con enfermedad mental deben soportar a diario la incomprensión de la sociedad en general, y también de sus familias, de amigos, de la administración, incluso de profesionales médicos no especializados en enfermedad mental. Me gustaría matizar algunas cosas que he leído en comentarios. En primer lugar, no es lo mismo, como alguien acertadamente ha dicho, un trastorno de ansiedad que una esquizofrenia. La fobia social, por ejemplo, es un trastorno de ansiedad, no una enfermedad mental. La depresión es un trastorno del estado de ánimo, sólo se considera enfermedad mental en casos graves. Imaginaos, por ejemplo, una persona de 40 años con un trastorno límite de personalidad , o un trastorno esquizoafectivo, o una esquizofrenia hebefrénica, con 20 años de evolución de la enfermedad, sin haber podido acabar sus estudios, sin pareja y con pocas posibilidades de conseguirla, sin poder mantener relaciones sexuales, sin poder trabajar, viviendo con sus padres, con una importante falta de autonomía para las actividades de la vida diaria (higiene personal, gestión del tiempo, coger un autobús...), con una pensión (si la tiene) de poco más de 300 euros al mes, tomando una medicación de por vida con múltiples efectos secundarios (ojo, medicación absolutamente necesaria en prácticamente TODOS los casos, sin ella os aseguro que estaría mucho peor), con un más que probable deterioro cognitivo (memoria, atención, concentración...) con una dificultad importante en muchos casos para relacionarse de un modo adecuado con la gente, con una percepción distorsionada de lo que ocurre a su alrededor, y rodeado de gente que, pensando que le hacen un bien les dan consejos sin ningún fundamento o les dicen cosas como "no trabajas porque eres un vago". Ojo, que os hablo de una persona estable, de su día a día. Cuando hay una recaída, requieren de un ingreso hospitalario. Estas personas necesitan de un tratamiento adecuado, que incluya estabilización de síntomas (algo que sin medicación, no va a ocurrir), psicoeduación, rehabilitación, tanto cognitiva como de hábitos básicos. Hasta el momento, las únicas técnicas que han demostrado validez científica son las técnicas cognitivo-conductuales. Estas personas no necesitan buenas palabras, necesitan de una aproximación seria y científica, porque están enfermos, no "son así".
Y por supuesto, el debate de si es o no una enfermedad... ahora está muy de moda. Si conocéis a una persona con enfermedad mental crónica y grave, no dudaréis si es o no una enfermedad.