#14 En parte tienes razón, no se puede generalizar, hay gente honrada y trabajadora en los sindicatos. Pero, también es verdad, que todo el trabajo bueno que se hace, es echado a perder por la burocaracia sindical: los jefes y jefecillos sindicalistas, y sus acuerdos y convenios, ya sea con políticos como con empresarios. Por no hablar del montón de dinero que se llevan los sindicatos en ayudas, acuerdos y convenios de todo tipo y pelaje. Parte de ese dinero puede ser fiscalizado, sobre todo el destinado como ayuda pública, otro tipo de dinero, sobre todo de convenios y acuerdos a través de fundaciones, asociaciones e incluso de los mismos sindicatos, no se sabe a que va y en qué se gasta. Esto es irreprochable cuando esos acuerdos, convenios y otro tipo de patrocinios es con entidades públicas: ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos, fundaciones públicas, etc...
Claro que he tenido experiencias malas con sindicalistas, es que son una casta privilegiada y cuando tocas esos privilegios, se revuelven, incluso, de forma violenta. Lo malo es que esos mismos, UGT, montan la sección también de CCOO, en revulsivo de los anteriores que les han robado privilegios a su vez.
Para rematar el presidente del comité de empresa de mi trabajo, UGT, cobra por duplicado, estafando como liberado y cobrando pluses cuando no está trabajando... Siento decirlo pero en este caso los sindicatos "mayoritarios" no son más que sangüijuelas.
Me da la sensación de que la figura del sindicalista tiene más mito que la de Papá Noel. Los que los critican o hablan de oídas o han tenido muy mala suerte con los sindicatos de sus trabajos.
No digo que, como en casi todas partes, los jefes no vayan a ser unos vendidos y que haya gente que esté segura en su puesto de trabajo y no de un palo al agua, pero ¿realmente alguien se cree que los sindicatos se sostendrían si nadie trabajara? Es más, ¿qué ocurriría si no estuvieran los sindicatos para ayudar a los trabajadores?
Los pocos liberados que conozco están trabajando las mismas horas que en su anterior trabajo, y se las pasan de abogados, juicios, reuniones y dando vueltas de un sitio para otro. Y los delegados, que no ven un puñetero duro, aparte de su trabajo se tienen que encargar de todos los problemas que haya (que según algunos sectores parece mentira que estemos en el siglo que estamos) haciendo lo mismo que los liberados, en muchas ocasiones en su tiempo libre. Sin ver un duro, insisto. Y esos son los que realmente ayudan a los trabajadores. Si los sindicatos no dieran el apoyo que dan (asesores, abogados y demás), los empresarios podrían hacer lo que les diera la real gana.
Está muy claro. Si no se hacen manifestaciones, se quejan porque no las hacen. Si las hacen, porque ya ves tú, hacer una manifestación a estas alturas si además no sirve de nada. Si dan dinero para dietas, que son unos vendidos y les regalan bocatas. Si no dan nada, que ya ves qué agarrados, seguro que se han quedado el dinero para hacer una comida.
Y luego salen por ahí comparando con lo de Franco, que con eso de criticar enseguida se les olvida que ellos también lo hacen. ¡Madre mía si llega a ser como en aquel mítin en que llevaron a la gente prometiéndoles trabajo!