(Y ahora va el mío:)
La burguesía es una clase social obsoleta y por extinguir:
La burguesía es una clase social pirata, corrupta, mafiosa, mercantilista y ladrona, que está dispuesta a vender a hasta a su madre por unas cuántas monedas de plata y por más beneficios, ¡no digamos ya el patrimonio común, como la educación, la sanidad, la seguridad social, las arcas del estado, el derecho a la vivienda y otros tantos servicios públicos! Es como la mano de Midas: todo lo que toca se convierte en oro, o lo que es lo mismo, en desechos.
De ahí que la importancia histórica de acabar con el reinado de la burguesía, y con la existencia misma de la burguesía como clase social basada en el enriquecimiento sobre el trabajo ajeno, sea no sólo una necesidad histórica, ¡sino un deber de todos los ciudadanos y trabajadores con un mínimo de conciencia humana y social!
La única razón por la que esto no se ha hecho es porque aún no hemos aprendido a gobernarnos, y a construir un contrapoder colectivo, capaz de suplantar a esta clase corrupta cuyo capital lo devora todo. Y cuando lo hemos conseguido o hemos estado a punto de hacerlo la burguesía ha reaccionado con sus peores armas: la violencia, el sabotaje, la destrucción genocida, la tiranía o el fascismo.
Eso nos debe hacer tomar verdadera conciencia del papel activo de la clase trabajadora como constructora de cambio social frente al papel siempre reactivo del capital y sus mercenarios frente al mismo, como corruptor, manipulador, desorganizador y destructor de toda iniciativa que pueda amenazar sus intereses y su base social: la esclavitud salarial del proletariado, la asfixia económica del artesano, la plusvalía y el paro como principal elemento regulador de salario en tiempos de superproducción (y mayor baratez del producto) en crisis artificiosamente creadas para seguir ganando beneficios.
Tenemos que construir un poder del pueblo, basado en asambleas populares, como las que organizan el movimiento contra el Plan Bolonia, o las protestas y revueltas griegas, fortalecido por todo un entramado de actividades y asociaciones culturales, de debate político, de arte alternativo, etc., y una organización de activistas políticos lo suficientemente numerosos y formados en los avances y derrotas históricas de los movimientos sociales, obreros y populares como para dirigir todo eso al colapso del Estado y la conquista por parte de ese contrapoder del poder político absoluto y (esta vez) colectivo, mediante una insurrección popular (si es necesario, con armas en mano, para poder defendernos sin lamentar matanzas y derramamientos de sangre) que transforme la organización económica y las estructuras políticas al completo, eliminando las diferencias sociales y democratizando al 100% la economía y las instituciones (en una especie de régimen comunal asambleario como el al comienzo descrito).
¿Utopía o no? Lo cierto es que en dos siglos de gobierno de nuestras clases burguesas este sistema no ha hecho más que provocar el ridículo a la vez que causar desastres, hambrunas y genocidios esporádicos (o a veces constantes), y debe ser suplantado y erradicado, ya veremos con qué matices, por qué nueva estructura de economía o gobierno, y cómo.
"Porque esta vez no se trata de cambiar un presidente,
será el pueblo quien construya un mundo bien diferente..."
Érrabond
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#47
El "país no tiene pasta" pero el rey sigue cobrando millones de euros, y le han incrementado en un 2% el "salario".
Aquí hay mucho dinero para unas cosas, y para otras no. ¿Eso cómo es?