El caso es que ya se ha encontrado la razón evolutiva, la ruta metabólica en el hígado y los dos ingredientes principales que lo causan, pero por desgracia el artículo no ha dado ni una. En lugar de eso, se ha limitado a repetir el mantra de "¡controla lo que comes!" (como si lo hicieras tú, no tus hormonas), "¡muévete más, apoltronao!" (cómo si eso no te abriera el apetito) y "¡sé feliz con tu cuerpo orondo!" (como si eso fuera a combatir las enfermedades que trae asociadas).
Ante este reto, España invertirá en el PP para consolidar su Subnormalicracia.