#9 Perdona pero lo que yo conozco es una interpretación bastante diferente. Lo primero hay que decir que Chomsky renuncia a unir su lingüística con su crítica política porque considera que son dos campos diferenciados con reglas propias. Pero aún así la interpretación que yo conozco es que el innatismo del lenguaje, y por tanto de la inteligancia que defiende en su teoría lingüística, tiene como consecuencia la igualdad de condiciones de cualquier persona para pensar y gobernar. El defiende la existencia de un "sentido común" que todos tenemos y de ahí la capacidad de todos para gobernar y gobernarse (Recuerda a Sócrates). Si todos somos capaces por igual es lógico defender la viabilidad del anarquismo como forma de organización social, en la que no es necesaria una autoridad superior que nos gobierne ya que todos tenemos esa capacidad. Eso sí, con las mismas capacidades, muchos tienes más recursos (tiempo, educación) entre otros él mismo. Pero luchando por la la iguualdad de oportunidades que hoy no existe se crea esa misma igualdad que permitiría la forma de organización anarquista (o mejor dicho, anarcosindicalista).
No me cansaré de recomendar su libro "Sobre el anarquismo"
www.casadellibro.com/libro-sobre-el-anarquismo/2900001241356
Para tener una ligera idea podeis leer por ejemplo este artículo:
kamita.com/misc/nc/textos/anar05.htm
Lo de Chomsky es muy interesante. Su teoría lingüística, partidaria de ciertos innatismos, puede leerse como una postura filosóficamente conservadora, sin embargo, las tendencias políticas de Chomsky todos las conocemos. En cierta manera, su pensamiento esta escindido en dos mitades difícilmente conciliables. El izquierdismo filosófico más común opta por un constructivismo radical en todas las facetas, también en lo que se refiere a la adquisición del lenguaje, sin embargo, Chomsky es muy clásico en ese sentido y opta por posturas innatistas, al viejo estilo kantiano. Esto implica una menor plasticidad de «lo humano». Precisamente, muchas posturas conservadoras se han apoyado en la postulación de una cierta «naturaleza humana pre-social», innata, por decirlo de alguna manera y, con ello, han postulado la imposibilidad de construir sociedades muy diferentes a la nuestra, pues la nuestra estaría anclada en la susodicha «naturaleza». Por este motivo, la izquierda política y filosófica ha tendido a rechazar propuestas innatistas, esencialistas, etc.. Chomsky, pese a ser progresista (anarquista, se define él) ha prescindido, sabiamente, según mi criterio, de este tipo de prejuicios y, además, lograr el beneplácito de gran parte de la izquierda (de la socialdemocracia hacia la siniestra, y hasta Chávez) sin ningún tipo de problema.