A mí de pequeña me llevaba mi abuela a misa. No para que fuese yo, sino porque quería ir ella, y como mis padres trabajaban los domingos por la mañana, pues iba con ella. Creo recordar que siempre me preguntaban, y a mí me daba igual. Yo era feliz echándole moneditas a las velas para que se encendiesen Y para no aburrirme, me llevaba juguetes, me sentaba en el suelo y jugaba encima de los asientos
Y por lo visto a la gente no le parecía bien, por lo visto yo con 4 o 5 años tenía que atender a lo que decía el señor ese que no se callaba ni debajo del agua
#18 entonces más niños debería haber, para no dejar escuchar eso a nadie