Esto no es cuestión ni de penas ni de lloros, eso para cada uno, es una cuestión política: hace falta custodia compartida automática junto al divorcio. En Francia es así. Cuando a las feministas españolas se les cae la baba al ver a Segolene Royal deberían recordar que cuando fue ministra de Justicia implantó la custodia compartida automática tras el divorcio, quiera o no la madre el padre o el primo de turno. Cuando esto se implante aquí, por encima del feminismo de tendencia fascista, todo cambiará.
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Esto no es cuestión ni de penas ni de lloros, eso para cada uno, es una cuestión política: hace falta custodia compartida automática junto al divorcio. En Francia es así. Cuando a las feministas españolas se les cae la baba al ver a Segolene Royal deberían recordar que cuando fue ministra de Justicia implantó la custodia compartida automática tras el divorcio, quiera o no la madre el padre o el primo de turno. Cuando esto se implante aquí, por encima del feminismo de tendencia fascista, todo cambiará.