MamenPsicologa

#9 ¡Hola!

La pregunta en realidad, si me permites la corrección (es con fines didácticos y mucho primor), debería ser cuándo es el momento para afrontar la educación afectivo-sexual de nuestros hijos. Y la respuesta es: desde el minuto uno de su vida.

¿Por qué te he cambiado la pregunta? Porque afecto y sexualidad son desarrollos que se producen de la mano: los seres humanos somos seres sexuados desde que nacemos. Y ojo, que hablo de seres sexuados, de sexualidad... no de erótica, que eso sí que es terreno puramente del adulto.

Desde que son bebés ya les abrazamos, les besamos, les mostramos nuestro afecto y con ello les estamos enseñando qué conductas son aceptables y deseables en nuestra familia, en nuestra sociedad y nuestra cultura. Por tanto tiene sentido, es necesario, que seamos conscientes de lo que hacemos, porque esto ya es educación afectivo-sexual.

De la misma manera que hacemos esto debemos explicarles, desde pequeñitos, que su cuerpo es suyo, que nadie debe tocarles (solemos usar la zona que les tapa el bañador para delimitarles qué partes de su cuerpo son especialmente “privadas” e intocables).

También debemos acompañarles cuando les veamos, por ejemplo, tocarse (porque sí, se tocan, desde muy pequeños, y es normal) sin reírnos ni censurarles... Esto forma parte de su conducta de exploración para conocerse y conocer el mundo que les rodea. Y es sano. Ahora, al mismo tiempo podemos ir trabajando conceptos como la privacidad, la intimidad (hay cosas que es mejor hacer en casa, que no se hacen en la calle o en el súper)... Por su correcto desarrollo, su autoestima, su autoimagen, y para evitar, en la medida de lo posible, que sufran abusos.

Y siempre adecuar nuestro lenguaje a ellos, a su momento, que los padres conocemos perfectamente.

Lo importante, recalco, es recordar que lo erótico ya es adulto, de manera que es terreno no esperable y no deseable para los peques. Eso llegará cuando sean adolescentes y entonces nuestra labor de educación seguirá su curso, con ellos, a su ritmo.

Y claro, todo esto no se puede producir en una charla de un día, es un camino.

¡Muchas gracias por haber dejado tu pregunta!

MamenPsicologa

#8 ¡Hola!

Efectivamente según los datos ofrecidos tanto a nivel internacional por la OMS como los obtenidos a nivel nacional por el Gobierno, nos encontramos ante un repunte significativo de las enfermedades de transmisión sexual.

En el informe presentado por el Ministerio de Sanidad de hecho se puede observar que entre el 95 y el 2001 hubo un descenso de contagios por ejemplo de gonorrea, pero que desde esa fecha la tasa va en aumento.

Puedes ver el informe en cuestión aquí: http://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/vigilancia/Vigilancia_ITS_1995_2017_def.pdf

Sin embargo también hay datos que indican que un porcentaje alto de adolescentes españolas usan el preservativo, por encima de la tasa obtenida en otros países. Pero claro, sexo no tienen solo los adolescentes... hay mucho adulto que se resiste a usar un condón. Puedes ver la noticia aquí: http://www.rtve.es/noticias/20180919/40-chicas-30-chicos-europeos-no-usan-preservativo-relaciones-sexuales/1802380.shtml

¡Gracias por dejar tu pregunta!

Yomisma123

#170 #8
Conozco 2 hombres con la vasectomía hecha que han contagiado a sus parejas de una ETS.
Los 2 por infidelidades sin condón

MamenPsicologa

#7 ¡Hola!

La paternidad puede ser una época complicadita, sí, pero no es misión imposible (lo juro).

Lo primero es tener claro que es una prioridad, que necesitamos estar bien tanto a nivel individual como de pareja, y que esto pasa, necesariamente, por dedicarnos tiempo. Si lo vamos relegando, si nos vamos relegando, al final la relación se resiente. Y sí, sé que tiempo no es precisamente lo que tenemos los padres, pero... En realidad el modo supervivencia de padres no requiere de tanto tiempo (lo tengo medido y comprobado con las parejas que vienen a consulta y a mis talleres): unos 20 minutos al día (más si es posible, claro), siempre un beso cuando salimos y llegamos a casa, contarnos el día (para tener temas de conversación que no sean solo los niños o las tareas de casa, que son poco erótico-festivos), hacer planes juntos (para ahora, para esa escapada de una tarde o para cuando podáis iros un finde entero solos -maravilla, lágrimas en los ojos-, son algunas cosas que ayudan a dar vidilla, a mantenernos en forma.

Pero además necesitamos un ratito a la semana más largo en el que ser novios, no papá y mamá. Una cita, vamos. Dos horitas como mínimo. Ésta, además de ser un rato estupendo en sí mismo, nos despeja del día a día y nos da material para hablar de cosas guays entre semana.

Es verdad que en lo puramente logístico se nos pone la cosa un poco más difícil, pero es importante encontrar este momento, estos momentos. Abuelos, amigos, una persona de confianza... hay opciones. Y si no, cuando de verdad no haya más opción, hacer algo especial cuando los peques se duerman. La cuestión es que los dos vayáis de la mano buscando esos huecos, creándolos.

Cuando somos padres necesitamos echarle creatividad e imaginación a cascoporro. Por ejemplo, si las noches aún os dan reparo (dejarles una noche entera con alguien, digo), podéis dejar a los peques con los abuelos a media mañana y volver a media tarde (son unas buenas horas ricas las que sacáis de aquí).

Reíros juntos, ponéos pillines cuando nadie os vea, aunque sean tres segundos, y recordad que dos horas de sexo son estupendas, pero no siempre hay tiempo para eso, así que vivan los polvetes rápidos, que dan mucha vidilla.

¡Ánimo!

MamenPsicologa

#4 ¡Hola! Este es uno de los motivos de consulta más frecuentes.

Se puede, con esfuerzo por ambas partes, claro. Un desacuerdo de este tipo produce fricciones (y no de las buenas, de las que dan gustito) que, si no manejamos bien, puede acabar rompiendo la relación como se rompe una tortilla hecha malamente (tratrá).

En las relaciones de pareja debemos llegar a acuerdos, ceder en ciertas cosas y plantarnos en aquellas que sean claramente líneas rojas, pero siempre negociar. Esto no va de ganar una guerra y que el domingo en casa de tu cuñado la tortilla sea con cebolla a costa de tu relación. Esto es más una win win situation: "Qué bonico que hoy has hecho la tortilla sin cebolla, XXX (introducir aquí el nombre de tu churri), si quieres esta noche eliges tú lo que vemos en la tele". La siguiente vez seguramente será con cebolla, pero dará igual en realidad, porque lo dos estáis estupendos de la vida. Y ya está.

MamenPsicologa

#3 Evidentemente con cebolla, que es como se hace la tortilla DE VERDAD. Respeto otras opciones, pero muy poco.

camvalf

#167 Con esa respuesta ya esta desacreditada para cualquier profesion donde se tenga que tener un poco de inteligencia.

D

#167 Ya sabia yo que eras persona cabal.

Muchas gracias por atendernos a esta banda de indigentes psicologicos, te has currado mucho las respuestas.

MamenPsicologa

#2 El humor y el amor (por uno mismo, en este caso) son dos cosas maravillosas en las que invertir el tiempo. Ole.

MamenPsicologa

#1 ¡Hola!

No es cuestión de creer o no creer, es cuestión de decidir, de optar por una opción de relación u otra, por unas reglas u otras. Como terapeuta te diré que he visto de todo, desde parejas que llevan toda la vida juntos y jamás han tenido una aventura, y parejas que han sido infieles una y mil veces. También hay parejas abiertas que tienen relaciones (sexuales y emocionales) con otros como parte de su acuerdo de relación (solo que en este caso no consideran infidelidad de la misma manera, porque tienen sus reglas, su acuerdo particular).

Hay infidelidades que se producen en el marco de una relación que no va bien, pero también se dan, en contra de lo que muchos creen, en relaciones que funcionan. Lo típico de "Es que claro, uno va a buscar fuera porque no estábamos bien" o "si hay infidelidad es porque algo falla", no necesariamente se da en todas las ocasiones. Es decir, la infidelidad no es el resultado de una mala relación, al menos no necesariamente (para muchos es más bien la excusa a la que muchos se aferran para justificar sus acciones y externalizar un poco la responsabilidad y con ella la culpa).

He visto parejas que aseguran estar enamoradas, que son felices, que quieren seguir juntas... pero uno de los dos ha sido infiel. Los motivos, como decía, pueden ser muchos, además de una mala relación de pareja: puede que estemos buscando algo nuevo porque eso que pensábamos que queríamos no es lo que queremos, pero también puede que a quien estemos buscando sea a nosotros mismos.

También tenemos que tener en cuenta que las relaciones en el día a día están cargadas de responsabilidades, de “tienes que”, del bucle de obligaciones... y una aventura está libre de todo eso, por lo que resulta quizá apetecible. Por otro lado, también tenemos que tener en cuenta que en una aventura somos más osados, jugamos más, experimentamos, salimos un poco de la zona de confort... y eso gusta.

La conclusión es que es un tema complejo (mucho) pero que, por resumir brutalmente, como te decía, hay parejas que sí, llevan 20 años juntos sin haber sido infieles porque así lo han decidido, porque trabajan en su relación, porque han logrado no olvidar esa parte lúdica, porque además de las tareas cotidianas y los marrones del día a día siguen siendo aventureros, pero no con otros, sino entre ellos.

D

#165 super interesante. Mil gracias!

Creo que las infidelidades están muy criminalizadas, y al final es cuestión de hablarlo en pareja.

No he sido infiel en mi pareja. Pero me parece asombroso la gente que está tantísimos años sin probar una cosa nueva. Increíble.