A mí también me da la impresión de que exhibe un resentimiento, una sensación de cabreo permanente que quisiera achacar a la ecuación "muchos éxitos (1)-pocos años (2)": o sea, que a medida que (1) vaya menguando y (2) vaya creciendo, las cosas se irán normalizando en ese aspecto. Supongo que es difícil asimilar un nivel de triunfo tan bestial a una edad en la que la mayoría aún andamos trasteando por la facultad, pero también debe contar la personalidad de cada cual, y no sé si este muchacho, además de la circunstancia, será de un natural un pelín agrio y borde. Algo peligroso, por lo incoherente, dado que supongo que es muy consciente de cuánto puede afectar esa (mala) imagen pública al enorme entramado de intereses publicitarios y comerciales que tiene montado. Pero, en fin, eso, él mismo...
Un cordial saludo.
Estoy de acuerdo con los que habeis señalado que es inaceptable confundir (y, más, interesadamente) el disfrute de la obra con la atribución de su autoría. No tienen nada que ver la velocidad y el tocino (o, al menos, eso decían cuando yo era pequeño, hace muchos, muchos años...).
Un cordial saludo.