Negar la historia no conduce a nada, en algunos casos es ignorancia casual, y en otros una infamia.
No se puede edificar sobre la base del ocultamiento, la mentira y el adoctrinamiento ciego. A todos se les debería enseñar a pensar, en todos los países.
Es hora de que los fanáticos de un lado y otro sean reemplazados por dirigentes racionales, educados y capaces de alcanzar la paz.
yo hablo con Los Angeles. Y con San Francisco y San Diego. Y nada más, porque me quedé sin crédito...