En el año 2148 la eterna discusión sobre la eutanasia se había zanjado. Años atrás, se estableció una ley que consagraba el derecho a morir para aquellas personas con padecimientos incurables que les causasen dolores extremos, y se ideó para ello una pastilla de color violeta que, al ingerirse, provocaba un sueño que llevaba directamente a la muerte. Pero muchos pidieron que esa pastilla también pudiese suministrarse a quienes, simplemente, habían decidido acabar con su vida porque no le encontraban sentido.Tras muchas discusiones, en 2148 se aprobó una ley que permitía el suministro de la pastilla violeta a cualquier persona que la pidiese aun sin sufrir una enfermedad incurable y gravemente dolorosa, pero con un requisito previo: el solicitante debía entrevistarse con un equipo de psicólogos que le pautarían un tratamiento para encontrar sentido a su vida y abandonar sus ideas suicidas. El tratamiento no podría durar más de un año, y si después de haberlo completado el solicitante quería seguir muriendo, se le suministraría la pastilla.Yo fui uno de los primeros que pidieron la pastilla violeta con amparo en la nueva ley. La muerte nunca me dio miedo, pues siempre la identifiqué con la paz que tanto faltaba en mi vida. A lo que temía profundamente era al dolor, y por ese motivo nunca había intentado suicidarme y, a la vez, había malogrado mi vida. A lo largo de mi existencia abandoné numerosos caminos por miedo al dolor en todas sus vertientes: decepción, sufrimiento físico, privaciones materiales, frustración...y todo lo que no hice me llevó a una situación en la que nada me ilusionaba y, a la vez, los esfuerzos que debía realizar para ganarme la vida y seguir adelante me resultaban insoportables. En aquel momento nada me impulsaba hacia la superficie, y cientos de piedras atadas a mis pies me arrastraban a lo más hondo. Y, como en tantos casos, todo ello de un modo invisible para los demás, pues yo mismo lo ocultaba como solemos hacer todos.Cuando me entrevisté con los psicólogos no tenía ni idea de lo que podían mandarme. Sabía de gente a la que le habían encomendado viajar a determinados lugares del mundo y permanecer un cierto tiempo en ellos, mientras que a otros les mandaban medicación y terapia de grupo o aprender a tocar un instrumento musical. Una de las cosas buenas de la ley era que, si el tratamiento era incompatible con el trabajo, mientras durase te eximían de acudir a trabajar y cobrabas la baja médica. Pues bien, en mi caso se me prescribió un cambio de destino: dejaría mi puesto de funcionario dedicado a tareas burocráticas y trabajaría durante un año en un centro de acogida para menores en situación de exclusión social.Pasé los primeros días con miedo a recibir alguna agresión de los chicos de mayor edad, pero el sinfín de nuevas situaciones que encontré allí acabó poniendo mi mundo patas arriba. Yo siempre había vivido en una burbuja de cristal que me protegía de los golpes del mundo pero me impedía tocarlo. Y allí había críos que habían sufrido esos golpes en toda su crudeza pero seguían queriendo salir adelante. Unos conservaban su alegría casi intacta, mientras que otros necesitaban más o menos apoyo para que volviese a florecer...pero todos tenían en su rostro ese futuro tan difuso como potencialmente grandioso que acompaña a cualquier niño.Con ellos recuperaron sentido todos los conocimientos, historias, canciones e ideas que llevaba dentro de mí pero ya no me decían nada. Volvían a brillar cada vez que los usaba para despertar su imaginación y sus esperanzas, para animarles a comerse el mundo, para dibujarles el horizonte que podían tener por delante. Y yo me sentía cada vez menos temeroso, cobarde y mezquino cuando les oía gritar, les veía correr o reír, y sentía cómo desafiaban al pasado rompiendo todas las cicatrices que les había ido imponiendo, y que seguramente yo nunca habría logrado superar a su edad.Y así fue como encontré el sentido de mi vida buscando la muerte. Mi destino estaba en el taller donde se fabricaban los mejores aviones del mundo, y mi misión era hacer todo lo posible para que se hallasen en estado óptimo cuando alzasen el vuelo. Había noches en que sonreía imaginando lo alto que volarían. Otras estaba preocupado por los inevitables problemas que muchos niños traían consigo al centro, y que requerían mucho esfuerzo e iniciativa para superarse. Pero las noches de preocupación eran totalmente distintas de las de antaño. La angustia estéril y amarga que antes me provocaba no tener redactado un informe a tiempo, ahora era preocupación esperanzada ante desafíos que tenían sentido, en los que merecía la pena invertir todo el esfuerzo del mundo, y que se me daba bien afrontar porque sentía que estaba hecho para aquello.Así que cuando se cumplió el año, rechacé la pastilla violeta y pedí ser destinado en aquel centro para siempre. Por una vez el Gobierno había hecho algo bien, y su programa para garantizar el derecho a la muerte consciente había cambiado mi vida.
1997: un cazador ingresa en el Hospital de Rio Carrión de Palencia con fiebre alta, malestar general, lesiones en los dedos y ganglios en las axilas. Mientras a lo largo y ancho de Castilla miles de liebres aparecían muertas en los campos, acabábamos de encontrar el primer caso de tularemia de la historia de España y no iba a ser el último. La Junta de Castilla y León ha confirmado tres nuevos casos que se suman a los 11 casos detectados en julio y los 14 que han aparecido en lo que llevamos de agosto. Hay otros 31 que están siendo investigados
Resulta que en el grupo de edad aproximadamente entre 25 y 50, el grupo de edad laboral de los blancos, la clase trabajadora blanca, hay un aumento de las muertes, lo que llaman “muertes por desesperación”: suicidio, sobredosis de opiáceos, etc. Esto se estima en unas 150.000 muertes al año. No es algo trivial. El motivo, se asume generalmente, es el estancamiento económico desde Reagan. De hecho, este es el grupo que entró en mercado laboral alrededor del principio de la década de 1980, cuando se empezaron a instituir los programas neoliberal
Así lo han constatado científicos del Instituto Dom Luiz de Lisboa (Portugal), de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) que han estudiado los restos de su esqueleto descubiertos en el yacimiento de Formación Arcillas de Morella en la localidad de Santa Águeda en Vallibona (Castellón).
El tratado de San Ildefonso de 1800 fue un acuerdo secreto firmado entre España y Francia en el transcurso de las Guerras Napoleónicas. España, donde reinaba Carlos IV, tras haber tenido que ceder a Francia en la Paz de Basilea (1795) su parte de la isla de Santo Domingo, reanudó la anterior alianza con Francia en el tratado de San Ildefonso de 1796, en él ambas naciones pactaron una alianza militar contra terceros países. Esta alianza sería el motivo de la guerra de España contra Gran Bretaña, que trajo como consecuencia la pérdida…
Ni dispersa ni destruida. La memoria perdida de la fotógrafa Kati Horna (Budapest, 1912-Ciudad de México, 2000) ha sido descubierta por una investigadora española en 48 cajas de madera que contenían los archivos de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
En una reveladora escena de Dark, la popular serie de Netflix, se alcanza la siguiente conclusión: «Gott ist Zeit»; es decir, «Dios es el tiempo». Y este dios que carece de voluntad propia, que no es sino una ley física, es inmisericorde. El tiempo, afirma el personaje, se nos escapa de las manos desde el momento en que nacemos como el contenido de un reloj de arena. Es el opresor definitivo, y no hay otra opción que declararle la guerra.
Las empresas de Recursos Humanos no sólo tienen psicólogos y personal especializado en entrevistas. Una buena empresa tiene que tener de todo.Belarmino había sido pastor en la montaña. Luego lo llamaron para la mili y trabajó en las obras. Cuando la cosa vino mala, entró a trabajar en la limpieza, y un día, pasando la fregona, se le escapó un comentario que cambió su vida.—Esos tres son bobos —dijo entonces.Uno de los tres era el director gerente, recién despedido, y los otros dos sus abogados. A la espalda de Belarmino estaba el Presidente y propietario de la empresa.—¿Por qué ha dicho eso? —le preguntó con cara de pocos amigos.Belarmino estrujó la gorra entre las manos.—Por los andares. Por cómo tratan de mantenerse tiesos, y cómo se chocan unos con otros.El presidente volvió a su despacho sin responder una palabra. Una semana después le llegó a Belarmino una carta en la que se le invitaba a una reunión con una docena de candidatos para cubrir tres puestos importantes en una multinacional.A la salida, el Presidente preguntó al antiguo pastor cuantos tontos había entre los candidatos y Belarmino citó a ocho. Las razones que aportó bastaron para que le cambiasen el mono de faena por un traje con chaleco y corbata. Oficialmente sería auxiliar de selección, pero en la casa se le conocería ya para siempre como el Detector de Tontos.Él mismo veía un tonto en el espejo cuando se disfrazaba así. Seguramente lo fue durante un tiempo, pero con los años, su trabajo se ha hecho imprescindible.De todas sus herramientas, la que mejores resultados le ha dado siempre es la del saludo: Belarmino reúne en una sala a los candidatos y los graba durante diez minutos. El modo de comportarse entre ellos antes de que aparezca el entrevistador aporta muchos datos.A veces hace sonar ciertos ruidos por los altavoces. Un buen pedo suele ser eficaz.Después, cuando empieza a cundir el nerviosismo, entra en la sala con ademán irritado.—Buenas tardes a todos, menos a uno —grita.Y los bobos pican siempre. Se les nota en la cara.Esa frase es un detector de tontos infalible.
Doce millones de personas en Cachemira continúan con las comunicaciones cortadas vía internet y teléfonos móviles por la decisión del Gobierno de India, tomada en paralelo a la eliminación del estatus especial de la región de mayoría musulmana. Sólo las líneas de telefonía fija existentes en organismos oficiales han continuado en funcionamiento.
Llevo años viviendo en el Reino Unido y algo que me llama la atención es lo bien que funciona el mercado laboral en comparación con España. Los sueldos en profesiones no cualificadas son mucho mejores y en general es más fácil progresar y conseguir mejor sueldo y reconocimiento con el tiempo. No se puede negar que la economía del Reino Unido es una economía potente y los británicos tienen sin duda una historia de situación económica privilegiada y de relaciones internacionales comerciales muy notables. Su posición en el mundo de las finanzas y la importancia de Londres como centro financiero son otros factores que contribuyen a que aparentemente su economía vaya tan bien. Sin embargo esto no explica totalmente por qué el mercado laboral funciona mucho mejor que el español.Creo que hay varios factores e intuyo que la principal razón por la que es más fácil encontrar trabajo es que en general el trabajo está más repartido. Las siguientes generalizaciones, comparando el caso británico con el español, son apreciaciones personales que pueden ajustarse más o menos a la realidad y obviamente no son aplicables a todos los casos.- En el Reino Unido hay más movilidad laboral. Las agencias de empleo llaman a los trabajadores para ofrecer trabajo, incluso sin buscarlo. No hay tanto miedo o reticencia a perder el empleo o a cambiar de trabajo, porque es más fácil cambiar.- Hay más flexibilidad en las jornadas de trabajo, ajustándose a las necesidades laborales, más que a un horario rígido. Los jefes son en general más flexibles en este aspecto y confían más en los trabajadores. No se exige tanto quedarse en el puesto de trabajo cuando no es necesario. También es más común el reconocimiento de los jefes cuando se hace bien el trabajo y normalmente hay posibilidades de ascender.- Están más normalizados los cambios en la jornada por situaciones personales (conciliación laboral). Se confía más en los trabajadores, por lo que para los jefes es más importante motivar a los trabajadores que controlarlos.- Da la impresión de que en general los trabajadores intentan hacer su trabajo de acuerdo con las exigencias o requisitos, sin quedarse cortos y sin excederse tampoco. Por lo que he visto, las horas extras son menos comunes y en general se pagan.- Se vive más pensando en las vacaciones que en el trabajo, por lo que hay menos frustración. El trabajo es algo que hay que hacer y hay que hacerlo bien. Aparentemente no se da tanta importancia al reconocimiento social ni al nivel académico. Simplemente hay que estar bien formado para el trabajo que se realiza. - Se trabaja más desde casa, cuando es posible, y hay más trabajos de media jornada. El trabajo está más repartido y hay mucho menos paro. - El vínculo entre la universidad y las empresas es probablemente mejor que en España. Durante mis estudios, recibía un mensaje semanal con muchas ofertas de trabajo para recién graduados o para estudiantes que se iban a graduar.Estos factores se pueden resumir en que en general en Reino Unido hay más flexibilidad y reconocimiento, ética profesional, movilidad, conexión con la universidad y sobre todo más reparto del trabajo que en España. Posiblemente haya leyes y medidas que han contribuido a que el mercado laboral funcione mejor. Desconozco los detalles, pero creo que merece la pena analizar en detalle las diferencias entre ambos sistemas para mejorar el sistema español.Con la automatización y el avance de las nuevas tecnologías, la riqueza que deriva del trabajo tiende a concentrarse, y si no se toman medidas aumentará la desigualdad. Cada vez va a haber menos trabajos que sólo puedan realizar personas, y va a ser menos necesario trabajar muchas horas, pero es vital que haya medidas que favorezcan el reparto de la riqueza; sin duda, una fiscalidad adecuada para que los que más tienen paguen más, y un salario mínimo y/o renta básica que garantice una calidad de vida decente (además de sanidad, educación y servicios sociales gratuitos). Muchos estudios económicos sugieren que el aumento de la desigualdad es peor para la economía.Cada vez hay más casos de gente que trabaja cuatro días a la semana y/o a media jornada, mejorando su calidad de vida y mejorando la eficiencia el tiempo que trabajan. Desde mi punto de vista, es el camino que se debe seguir, ya que al repartir el trabajo, el paro disminuye, la riqueza se distribuye mejor, se tiene más tiempo personal y probablemente la economía funciona mejor.El reparto del trabajo puede llevarse a cabo de distintas formas. Los empresarios pueden jugar un papel importante, ofreciendo trabajos a tiempo parcial o semanas de menos horas. Como trabajadores podemos contribuir a la distribución del trabajo no realizando horas extras (especialmente no remuneradas), o trabajando a tiempo parcial, menos días o menos horas a la semana, cuando la situación personal lo permita. Obviamente no siempre es fácil. Finalmente, como votantes podemos exigir que se tomen medidas para mejorar en esta dirección.El paro en España es preocupante, especialmente el desempleo juvenil, y afecta a muchas familias actualmente. Creo que es posible mejorar notablemente la situación aprendiendo de otros modelos que funcionan mejor, al menos en algunos aspectos, pero es una tarea de todos. Los tiempos que vivimos son cruciales para decidir el escenario laboral del futuro. Con el avance tecnológico, una gran parte de los trabajos no serán necesarios y como consecuencia va a haber una concentración de riqueza que beneficiará a las empresas que suplanten estos trabajos. Si no se ponen medidas, en unos años probablemente mucha gente no tendrá trabajo y vivirá en malas condiciones. Sin embargo, si se distribuye el trabajo y la riqueza, con la tecnología se puede conseguir reducir o eliminar la pobreza, que tengamos que trabajar menos y sobre todo en trabajos de calidad, y que podamos disfrutar de más ocio y calidad de vida.
El Fideicomiso Arqueológico Marítimo ha descubierto una nueva estructura de 8,000 años de antigüedad junto a lo que se cree que es el sitio de construcción de botes más antiguo del mundo en la Isla de Wight.
Principales fechas, acontecimientos y personajes que marcaron los casi 500 años de cronología del Imperio Romano hasta la caída de la parte occidental
Los restos de centenares de cuerpos que han emergido en este lago del Himalaya son uno de los grandes enigmas arqueológicos. Aunque se especuló con un evento catastrófico, un nuevo estudio genético revela que la verdad es aún más interesante.
Científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas del Hospital de Sant Pau (IIB-Santo Pau) y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona han descubierto un nuevo biomarcador que permite predecir con mucha antelación la aparición de infartos de miocardio y de anginas de pecho. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en España. Se trata de la proteína sLRP1.
Los torpedos en su forma actual fueron inventados hace más de 150 años, pero incluso hoy en día sus iteraciones modernas siguen siendo armas temidas. Su sigilo, polivalencia y capacidad de llevar cientos de kilos de explosivos los hace incluso más peligrosos que los misiles más rápidos del mundo. En este artículo se indaga sobre la historia y evolución de los 'asesinos silenciosos' que atemorizan a los marineros de todo el mundo.
Por su envergadura, es actualmente el único ejemplo conocido de Hispania”, puntualiza al pie de excavación Ángel Muñoz, jefe del departamento de Protección del Patrimonio Histórico de la Delegación de Cultura en Cádiz. Lo descubierto en la orilla del río Guadalete va mucho más allá de los escalones que Morón recuerda o la pequeña estructura abovedada que los mayores del lugar denominaban “el batán”, antes de que ambos acabasen engullidos y olvidados bajo una escombrera. Las excavaciones han sacado a la luz una gran edificación de tres norias, u
Los fenicios no tomaron el sol en las playas de Salobreña. Ni los romanos en las de Motril. No porque entonces no estuviese de modasolejarse, sino porque sencillamente estas playas del Guadalfeo no existían. Hasta hace relativamente pocos siglos, el estuario que hoy forma el río Guadalfeo y sus ramblas asociadas era una bahía o ensenada de casi cuatro kilómetros de profundidad. Es decir, es bastante probable que los fondeaderos de naves fenicias llegasen hasta la actual zona de Lobres.
El conjunto escultórico del Museo del Prado ejecutado por Leon Leoni esconde un secreto que muy pocas veces se desvela. Los héroes clásicos iban desnudos. Si quería representar al emperador como uno de ellos, sólo podía hacerlo de una única manera... Ahí empezaba el reto del artista: conseguir retratar al mismísimo rey católico como Dios lo trajo al mundo. Y lo consiguió con un subterfugio.
La lista de los 675 lugares (que irá creciendo) incluye algunos bastante conocidos y turísticos, aunque también hay grandes lagunas como Rusia, Australia, Canadá y buena parte de África. De España hay unos pocos pero sólo tres o cuatro de cada una de estas cuatro ciudades: Madrid, Valencia, Barcelona y Mallorca. El autor admite sugerencias y pistas sobre nuevos vídeos que se puedan incluir con esos criterios.
Son dos términos que se confunden con frecuencia en los foros ya sea por la abundancia de izquierdistas o de niños rata. Y en ocasiones la denominación de fascistas acaba eclipsando a la de fachas cuando a lo mejor estamos hablando de fachas, de genuinos fachies hispanicus. Aunque guardan ciertas similitudes un facha y un fascista no son la misma cosa. Y sería una pena perder las particularidades de los fachas autóctonos sólo por carecer de cultura pop o por intentar hombres de paja para pintar a los fachas más aparatosos de lo que ya son.Antes veamos lo que vendría a ser un fascista. Una aproximación a un fascista sería el soldado clon de Star Wars. Esto es un especialista bien engranado en la maquinaria imperial que estima a su autócrata y tiene la idea de que los problemas de la economía y la política los resolverá la cohorte de tecnócratas de su querido tirano (los "filósofos sabios siths" de Platón). Liberado de cargas políticas se dedica a sus cosas tranquilamente y en su tiempo de ocio tiene aficiones por lo general relacionadas con la tecnología y los videojuegos, como hacer maquetas de X-wing, grabar unboxing de hologramófonos o disparar a tropas rebeldes en escenarios virtuales. Al igual que el facha el fascista tampoco es un tipo que busque adquirir un conocimiento holístico o cierta sabiduría, a su modo limitado es un hedonista que sólo quiere disfrutar del ocio al que tiene acceso dentro del tiempo que le deja El Sistema, de modo que funciona con los hábitos aprendidos de sus antepasados y las cuatro ideas atávicas que le grabaron en su juventud sin pensar en cuestionarlas, adquirir nuevos conocimientos o adoptar nuevos enfoques, "Carpe diem" dentro de El Orden, porque la vida es breve para los stormtroopers con mala puntería. Aunque el fascismo es tradicionalista tiene una faceta científica, técnica y organizativa que impulsa la élite de tecnócratas con objetivos que consisten en construir Estrellas de la Muerte cada vez más grandes, con cañones de protones cada vez más gordos, ese es "el progreso" para el fascismo y por ese lado el fascista no es muy religioso, es cientificista y pragmático, así que para fundamentar su tradicionalismo ha cambiado las opiniones de Dios por algún tipo de pseudociencia que se adapte a sus ideas conservadoras de la vida. Y no le metas en política, ni le calientes la cabeza con filosofía ni con mierdas de ideologías posmodernas. El fascista tiene mucho de geek y es un tipo de orden, que quiere hablar sobre aviones espaciales, comunicadores hologramofónicos y de sus vacaciones en Tatooine o en Torremolinos (para luego martirizarnos con vídeos sobre sus "viajes y experiencias").El facha también es tradicionalista como el fascista pero sin su faceta cientificista, socialista y futurista. El facha es menos sofisticado que el fascista ¡A un facha no lo vestiría Hugo Boss!. Los fachas son seres chuscos y desubicados llegados directamente del Ancien régime, están más cerca de un islamismo teocrático como el de Iran que del fascismo europeo. Pero además de una jerarquía eclesiástica añaden otros elementos del antiguo régimen como el rey y una "prensa rosa" con aristócratas, folclóricas y toreros. De discurso elitista y aspecto perroflautico los fachas se muestran como esquivos y pícaros trapaceros de moral dudosa y rudos modales. Son balas perdidas de la política que no saben si quieren su teocracia de una vez por todas o más anarquía para zafarse del marxismo cultural imperante. En esa eterna indecisión el facha no hace nada a derechas. Si es un obrero votará contra sus intereses de clase, si es gay votará a homófobos, si es inmigrante a xenófobos, si es negro votará a racistas, si es mujer votará a machistas. Si es mujer, obrera, negra, lesbiana e inmigrante votará a VOX. Su incultura, su credulidad, sus adicciones y desordenado modo de vida hacen que se aferre a "ideas fuerza" que el se figura que son "antiguas y venerables" como la religión, la patria, la monarquía o reyes magos vestidos como en el siglo XVII, símbolos que agita de cara a la galería, e instituciones que ayuda a preservar con sus votos y su caridad, pero de las que tiene un conocimiento superficial y de las que se mantendrá alejado si le impiden llevar a cabo sus propósitos libertinos. Y esto es siempre: lleva la pulserita con los colores de la bandera de España mientras paga en negro o mete sus dineros en paraísos fiscales, monta algarabías contra la inmigración de los moros pero explotará a los moros en sus campos de lechugas, clama contra la situación de los obreros pero se deja explotar con normalidad y con normalidad explotará cuando tenga oportunidad, se mete con el Islam pero esta encantado de relacionarse con príncipes wahabitas, defiende a la Iglesia pero se mofa del "buenismo", usa gomitas, es un putero y si se encontrara a Jesús lo tomaría por un podemita mugroso.
Por el contrario, cuando Yasujiro Ozu murió en 1963, solo unos pocos críticos extranjeros sabían de su existencia. Sus películas, consideradas largas, aburridas y «demasiado japonesas», no interesaban a los distribuidores extranjeros y apenas se habían proyectado en algunos festivales, donde habían obtenido alguna distinción aislada (el trofeo Sutherland del Instituto Británico de Cine y una nominación al Oso de Oro en Berlín). Ozu no alcanzó un póstumo reconocimiento mundial hasta 1972, cuando una sala neoyorquina proyectó Cuentos de Tokio en
En la Grecia clásica, el suicidio se consideraba un crimen contra el Estado. La razón era que los deberes del ciudadano hacia la polis eran la piedra angular de su sistema jurídico-moral, y uno no tenía derecho a quitarse de enmedio porque con ello eliminaba una capacidad productiva que estaba obligado a poner al servicio del bien común mientras la vejez o la enfermedad no se lo impidieran. En definitiva, el ciudadano no podía disponer de su vida por su posición de eterno deudor respecto de un acreedor (la polis) que tenía derecho a exigirle esfuerzo, trabajo y sacrificio hasta el fin de su vida productiva, y ello a cambio de todo lo que le había dado desde su nacimiento.Hoy en día esa idea está generalmente superada, y quienes niegan el derecho a disponer de la propia vida lo suelen hacer desde una perspectiva religiosa (Dios es el único con poder para darla o quitarla), pero el común de los mortales ha llegado a la conclusión de que somos seres libres y de que nuestra más sagrada propiedad es el propio cuerpo, por lo que gozamos del derecho inalienable a hacer lo que queramos con él, desde cuidarlo y ennoblecerlo a degradarlo y destruirlo. Pero con un límite: dañar de forma arbitraria o poner en un peligro injusto los bienes de los demás.Alguien que conduce a 200 km/h o ebrio no tiene por qué matar a nadie. Tal vez sea un grandioso conductor que, incluso en esas circunstancias, puede manejar el coche sin provocar un accidente. Pero está generando un peligro abstracto sumamente elevado, y el Estado tiene derecho a prohibirle que lo haga, pues la ponderación entre su libertad para conducir y las probabilidades de daño que puede causar justifica que se le exija hacerlo en unas condiciones que eviten ese alto porcentaje de accidente.El mismo argumento se emplea con las drogas ilegales por parte de quienes defienden su ilegalización. El individuo es libre para tomarlas, pero la brutal adicción que pueden causarle le privará de todo autocontrol y muy probablemente acabará convirtiéndole en un peligro para los demás, ya que robará, matará o ejecutará cualquier tropelía para obtener su dosis. Todo ello aparte de los daños que puede causar cuando está fuera de sí por los efectos de la sustancia. Nuevamente, es posible que el toxicómano sea millonario o consuma su droga en un contexto donde no daña a los demás, pero el riesgo de que se convierta en un peligro para sus semejantes justifica la ilegalización de las drogas duras. Respecto a otras como el alcohol, se dice que su poder adictivo es menor y que pueden consumirse habitualmente con moderación sin causar esos males, por lo que el peligro abstracto no es tan alto como para justificar que se prohíban.Ahora bien, hay algo en lo que partidarios y detractores de la legalización de las drogas coinciden: se debe informar a sus consumidores de los terribles efectos de su consumo. De su poder adictivo, de los estragos que causan en la salud y de cómo acaban convirtiéndose en muchos casos en el podrido y asqueroso centro de la vida de quien las consume, que renuncia a todo lo demás para seguirse matando lentamente. Quien consume algo debe saber a lo que se enfrenta. Precisamente por ello se crean campañas para informar del peligro del consumo excesivo de alcohol o del tabaco.Pero hay algo que no entiendo, y que no sé si responde a la presión de un lobby o a la falta de conciencia de los poderes públicos ¿Por qué no se hacen campañas similares sobre el juego en general y las casas de apuestas en particular? Hay gente partidaria de ilegalizarlas, aludiendo al tremendo daño social que generan, a la infinidad de ciudadanos arruinados por su adicción y a las consecuencias de exclusión social e incluso la comisión de delitos para obtener más dinero que apostar. Otros rechazan esta idea escudándose en la libertad de todo individuo para hacer lo que quiera con su dinero, y negando el trastorno mental que es la ludopatía.Puede discutirse sobre la ilegalización de las casas de apuestas o sobre las restricciones que deberían establecerse a su funcionamiento, pero hay un dato obvio que nadie puede negar: el juego es adictivo, y cuanto más sencillo resulta acceder a él, más peligro representa para la salud mental y el bienestar material de los ciudadanos. En esta noticia se habla de la cuadruplicación de los ludópatas tras la apertura de las casas de apuestas https://www.elconfidencial.com/espana/2018-09-11/ludopatas-registro-madrid-dispara-crecimiento_1612834/ y esta otra refleja el caso de un tío que acabó robando a su mujer para satisfacer el vicio https://www.abc.es/espana/madrid/abci-ludopatia-dispara-madrid-robe-6000-euros-mujer-no-podia-parar-apostar-201811280215_noticia.html Si preferís un análisis científico del problema, os recomiendo este artículo universitario https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6065551¿Por qué, entonces, hay campañas masivas que dicen "el tabaco mata" pero no otras que informen de que "el juego engancha y arruina"? Tal vez se deba al negacionismo que todas las epidemias incipientes suelen provocar en los poderes públicos. Tal vez dichos poderes se estén forrando con las casas de apuestas y no les conviene. Lo único evidente es que quien se acerca a una casa de apuestas tiene derecho, en su condición de consumidor, a conocer el peligro del producto que está comprando, pues de lo contrario su decisión no es libre. Y el Estado está incumpliendo sus deberes más elementales a ese respecto.¿Os imagináis un anuncio donde apareciera un tío con tres puros en la boca mientras se oye de fondo "FUMA, FUMA, FUMA"? ¿Y otro con una modelo exhuberante en bikini bebiéndose una botella de vodka mientras de fondo se escucha "BEBE, BEBE, BEBE"? Pues es lo que vemos en los anuncios de Sobera sin que se le exija que en el propio anuncio informe de los peligros de lo que está promocionando, y sin que tampoco exista un contrapeso informativo externo. Y el peligro del producto no es menor que el del alcohol.Concluyo resaltando el colmo de la hipocresía que se encuentra en este asunto. Si yo ayudo a morir a una persona que libre y conscientemente lo ha decidido, voy a la cárcel. Si abro una casa de apuestas y la rodeo de los instrumentos propagandísticos para atraer al mayor número de incautos, sin informarles de lo que les puede pasar si se enganchan, y les dejo seguir jugando noche tras noche hasta que se arruinen una vez enganchados, nadie puede tocarme. Nuevamente, la conjunción de prejuicios tardofranquistas, deseo exacerbado de lucro y pasividad del Estado (se deba a que le han dado sobres previamente o simplemente a su negligencia) nos coloca en un panorama desolador.
En el siglo XVIII, llevar peluca era un signo de estatus aristocrático. Por eso, el acto del americano al arrojar su peluca al mar se interpretó como un gesto revolucionario. El 26 de octubre de 1776, un anciano Benjamin Franklin partió del puerto de Filadelfia en dirección a Francia. Lo hacía en misión diplomática, acuciado por la necesidad de encontrar en el país galo un aliado político para la causa de la independencia de los Estados Unidos. A medio camino, ante la sorpresa de sus acompañantes, se despojó de la peluca y la tiró al mar.
Más de 50 especies de aves habitualmente migratorias y que, por lo tanto, nunca se las veía en España en invierno se quedan cada vez más en la Península. Este nuevo comportamiento migratorio ha sido documentado por los biólogos y también ha quedado recogido en el Altas de las Aves en Invierno en España (2007-2010), que recopila las observaciones que se han ido haciendo en los últimos años. Los cambios de patrón migratorio de las especies supuestamente transaharianas son una de las consecuencias del cambio climático.