La oposición a la mezquita es ridícula en Estados Unidos (y esto lo dice un ateo declarado). A fin de cuenta el país está constituido para que cada quien haga con su propiedad lo que le venga en gana y para que nadie se meta en la religión del otro. Afortudanadamente todos los políticos importantes (el presidente, Hillary Clinton, el alcalde de la ciudad) se han manifestado a favor del proyecto y sostenido que nadie tiene derecho legal a negar que la construyan.
Los igualó para abajo!