#1
Empezó a mediados de 2009. Mi médico cree que sufrí un catarro normal y corriente que, por mala suerte, acabo destruyendo el nervio olfatorio. Fui notando que perdía paulatinamente la capacidad de oler, hasta que dejé de oler nada. Para entonces ya habían pasado unos seis meses desde el inicio.
Seguramente has estado resfriado alguna vez y sabes qué se siente al no oler. No se siente...nada. El mundo es un poco más plano, más gris, y más aburrido. Algunas cosas hay que intuirlas. La información está siempre incompleta. A menudo me acabo olvidando de que los demás pueden oler, sencillamente, lo paso por alto. Si tuviera que estar siempre pensando en lo que "no estoy sintiendo", se me iría la olla. Prefiero centrarme en lo que sí puedo notar.
Afecta moderadamente a mi vida diaria, porque por suerte, no vivo sola. Tengo que tener especial cuidado con la comida, porque si se pone mala no me entero. Esa suele ser mi principal preocupación. Tampoco dejo nunca comida al fuego sin vigilancia, por razones obvias. Secundariamente, lavo la ropa "a ciegas", y, aunque uso desodorantes, jabón y todo lo demás, no he vuelto a usar perfume, no quiero que nadie lo elija por mí. En general, me las apaño bastante bien, con el tiempo se le pilla el truco.
#3 He sido fumadora durante diez años, así que no sé si podría tener alguna relación. Tampoco fumaba demasiado, unos 5-10 cigarrillos día. En cualquier caso, el médico no le dio importancia a ese hecho, porque hace mucho que dejé de fumar. Si hubo alguna vinculación, probablemente fue débil.
¡Gracias por los ánimos!