Por impresentables como Gordo, gente excepcional como Garzón se ve en la circunstancia de tener que mover un barco con el ancla echada.
Tal vez, y aunque le duela, haya llegado el momento de valorar si realmente un barco que ni se mueve ni se va a mover, es el mejor medio para llegar a destino.
#4 Se van a quedar traspuestos con las portadas de La Razón.