En la última feria taurina que se celebró en A Coruña solo asistieron 300 personas en un recinto con capacidad para 8000, la mitad estaban invitadas. Con el cambio de gobierno se prohibió toda ayuda pública para este tipo de festejos y no ha vuelto a celebrarse ninguna.
A día de hoy, y salvo contadas ocasiones, las ferias taurinas solo son rentables si hay subvención pública. De prohibirse estas, en pocos años las corridas se convierten en un recuerdo del pasado.
Le va a mandar un misil con altavoces sonando la discografia de Bertín Osborne.